Un hombre (sujeto) violó (verbo) a una mujer (objeto)

La semana pasada una mujer de más de 90 años fue violada por un hombre de ventitantos. El violador rompió la ventana para entrar en la casa de la víctima, la violó y se fue por donde entró.

Es difícil encontrar esta noticia sin que se subraye en ella la nacionalidad del agresor, como si tuviera alguna relevancia. Como si ese dato explicara algo en sí mismo. No es la primera víctima de esa edad, ni será la última. Aquí tienen otro suceso idéntico cometido por un blanco. Aquí otro. Y aquí otro. Podría seguir pero no hay necesidad. Ahí está Google.

Los titulares ya explican dónde está el motivo: un hombre viola a una mujer. Todo lo demás es floritura. Los hombres violan a las mujeres porque ellos son hombres y porque ellas son mujeres. Es el porqué de la violencia sexual, es el patriarcado actuando. Las mujeres mayores son víctimas de violencia sexual porque se le unen dos variables, son mujeres y son más vulnerables. Es la misma explicación de por qué tantas niñas sufren agresiones sexuales por parte de hombres, mayormente de sus propios familiares.

Es el género y la socialización diferenciada que reciben las personas de uno y otro sexo lo que mantiene todo en el orden patriarcal de todas las cosas. Desde la discriminación laboral hasta las violaciones, pasando por la condescendencia machista y la violencia física contra las mujeres. Todo forma parte del mismo engranaje que deja un reguero de mujeres víctimas cada año no sólo en España, sino a lo largo y ancho del mundo.

Mientras no entendamos que se nos debe educar igual cuando aún no hemos aprendido a ver al uno con más valor y a la otra con menos, solo por su sexo, el problema va a seguir anclado a lo más profundo de nuestras costumbres, de nuestra idiosincrasia y nuestros actos diarios. El problema es que ni siquiera entendemos qué implica educar igual, y ningún colegio, por ejemplo, mostraría ninguna duda sobre lo igualitario de su sistema, mientras contemplan tranquilamente cómo la gran parte del espacio de recreo es usado por los niños para jugar al fútbol. Este es solo un ejemplo de lo que ocurre en la práctica en cualquier lugar, por parte de cualquier tutor o tutora. Si llevamos los roles en nuestra forma de estar en el mundo, educaremos acorde a esos roles tatuados en nuestra memoria.

La lucha feminista viene denunciando desde hace tres siglos que el patriarcado y sus estragos son un problema cultural y social, que solo con educación feminista se pueden superar las barreras que nos separan desde que nacemos. Sin feminismo estamos condenadas (que no condenados) a seguir siendo blancos de la violencia en todas sus formas, desde que nacemos hasta que morimos. Por muchos años que vivas, si somos mujer, somos y seremos la diana de un sistema hecho por y para ellos. Somos y seremos el segundo sexo. Solo la lucha feminista confronta sin descanso al patriarcado.

Si eres mujer, no te queda otra que sumarte a esta guerra por nuestra liberación. Cualquier otra opción, es colaborar con el sistema que les da poder a ellos en tu detrimento.

Escucha el último programa de Radiojaputa.

Cada lunes un nuevo capítulo en publico.es