Recomendación semanal: un thriller gallego sobre la trata

Recomendación semanal: un thriller gallego sobre la trata
Cartel promocional de 'El sabor de las margaritas'

Hoy vengo a recomendaros una serie gallega. Un thriller de la TVG que, por ahora, tiene dos temporadas de seis capítulos cada uno y que puedes encontrar en Netflix.

Se trata de "El sabor de las margaritas" y, aunque tiene algunos peros, la temática que aborda y el cómo lo hace posicionan la balanza a su favor. Y es que es muy complicado encontrar una producción que hable de prostitución y de la trata sin caer constantemente en la sexualización y cosificación de las mujeres (Sky Rojo, como último ejemplo famoso). El sabor de las margaritas no tiene ni rastro de apología de la prostitución, el trato a esta forma de violencia se hace desde el mismo punto de vista que el de la trata: inexcusable. No se anda en ningún momento con medias tintas y el corte abolicionista es claro.

Rosa Vargas, la protagonista, es una guardia civil que se desplaza a Murias, un pueblo donde nunca pasa nada, en busca de una chica que ha desaparecido pero que a nadie parece preocuparle demasiado porque siempre anda metida en líos: todos parecen saber que aparecerá no solo con vida, sino con resaca.

El personaje de Rosa es poderoso: no solo es fuerte y a veces hasta temible, no solo no está sexualizado, sino que es ella misma quien en ocasiones decide usar su cuerpo como herramienta, se sexualiza a sí misma siendo consciente de lo que hace y relatándolo tal cual a las espectadoras. Rosa manda un mensaje claro: para su misión, que no es exactamente la que todo el mundo cree, necesita su cuerpo para pensar, correr, como vehículo en general, y ni peinarse está en sus prioridades.

Sin embargo, no es ajena al mundo en el que vive, ni tampoco se le pasa que es mujer es una trama que es una lacra alimentada por hombres: la trata y la prostitución. Es la única sexualización que no se me atraganta en cualquier contenido audiovisual: cuando la personaje decide cuándo, cómo y para qué. Cuando es ella quien usa su propio cuerpo con fines completamente contrarios a los intereses del sistema. Sexualizarse para convertir tu cuerpo en un cazamoscas letal, y no en un objeto para consumo masculino ya lo vimos en Promising Young Woman y otras producciones, y me parece una fórmula brillante, porque cambia el relato de cabo a rabo.

Mientras que el feminismo nos invita a pensar por qué tomamos de forma automática ciertas decisiones relativas a nuestra imagen, este tipo de contenidos te referencia que, mira, hay personajes que saben exactamente cuándo, por qué y qué hacen con sus cuerpos. De lo cual, lo más importante, es que la mayoría del tiempo lo usan simplemente como el vehículo que es. Es decir, viven en sus cuerpos como viven los hombres.

La representación de la prostitución en esta serie da vértigo: un acto sórdido, donde los hombres usan a las mujeres como objetos sin vida; una práctica deleznable que repugna a las propias mujeres prostituidas. Lejos quedó Pretty Woman y el retrato de "la puta feliz".

Algunos peros:

Un pero que es solo una advertencia: la segunda temporada es muy dura. Entra en la trama la prostitución y la pornografía infantil. Y no de refilón precisamente, entra de lleno y sin pedir perdón. Te encontrarás apartando la vista en algunos momentos.

Otro pero es la interpretación. Si eres una amante de la interpretación y sin ella no vas a ningún lado, igual no es una serie para ti. Hay personajes de los que no te crees ni una sola línea. Verdaderamente, el reparto es lo único que falla en una trama bien hilada y mejor pensada.

Escucha el último programa de Radiojaputa.

Cada lunes un nuevo capítulo en publico.es