"Te voy a quitar a los niños"

Sonia Vaccaro, la psicóloga y perito forense que acuñó el término violencia vicaria, hizo alusión en esta entrevista (minuto 10, no se la pierdan) la investigación del modelo Duluth, en la que se investiga esta violencia, a la que llaman post divorcio. Y es que esta violencia en la que se hace daño a la mujer a través de terceros, generalmente sus propias criaturas pero también mascotas, etc. ocurre siempre tras la separación, o en el momento en el que el hombre da por perdida a la mujer. Es también cuando se producen muchos de los feminicidios, como sabemos.

Para el momento en el que el hombre es consciente de que la que ha sido su pareja ya no va a volver a estar con él, ya la ha deshumanizado. En el caso de la violencia vicaria, también ha deshumanizado a sus hijos, que se convierten en meros instrumentos de tortura. Sonia Vaccaro apuntaba también que hay amenazas en las que esta deshumanización se hace patente, y es una frase que puede pasar por algo dicho desde la simple rabia, frase por cierto que en pocas comisarías tomarían en serio: "Te voy a quitar a los niños".

En realidad, dicha frase, es algo más que una declaración de intenciones, también es un retrato que el maltratador hace de sí mismo: quitar algo a alguien se puede hacer siempre y cuando ese algo pertenece a una persona, en este caso a la madre, y si un hombre dice que le va a quitar las hijas es porque considera que son de ella, no de él. El verbo quitar, que tantas veces usan y que tantas de nosotras hemos oído, no es casual. Para entonces, las criaturas ya son solo meros objetos. No se convierten en objetos en un momento, probablemente lo han sido siempre o los han ido deshumanizando al mismo ritmo que a su pareja.

Ni los feminicidios ni los filicidios vicarios ocurren de un día para otro. Un asesino machista no mata porque un tiene un día loco, no es una decisión espontánea. Un asesino machista recrea la escena y las formas de matar, lo piensa, fantasea con ello, como nos contaba Miguel Lorente. Las guías feministas de comunicación que explican cómo tratar mediáticamente los feminicidios inciden siempre en que no se hable específicamente de cómo la mujer fue asesinada. Si fue un cuchillo, si fue un martillo, etc. No aporta nada a la información la herramienta, pero sí hace que aquellos que empiezan a dar forma al crimen añadan formas de acabar con la vida de la mujer.

Claramente, ni la sociedad ni las instituciones están preparadas para ver el peligro que suponen ciertas amenazas, al igual que hace 20 años nadie te hacía caso si ibas a comisaría y decías que tu marido había dicho "te voy a matar". El "bueno, mujer, se dicen muchas cosas en caliente" te lo llevabas. Si una mujer da el paso de ir a una comisaría por una amenaza verbal, no cabe ningún "bueno, mujer", es una persona a la que hay que proteger, tanto a ella como a sus criaturas. No hay mucho más debate al respecto.

Y si un hombre amenaza a su ex pareja con el "te voy a quitar a la niñas" es, como mínimo, un maltratador psicológico -como muy mínimo-, por lo que esta amenaza y sus sucedáneas no deberían caer en saco roto ni pasar inadvertidas ante nadie, mucho menos entre quienes conforman las instituciones.

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