"Obsesionados con"

"Obsesionados con"
.- PIXABAY

Una niña de 14 años ha sido asesinada este martes. La prensa habla de un vecino de 32 años que "estaba obsesionado con ella". También nos han obsequiado cono cosas como que era un "desequilibrado" que llevaba solo 3 semanas de inquilino.

Se justifica de esta forma lo ocurrido -una vez más, un asesinato más-, y automáticamente pasa a ser algo similar a una catástrofe natural: inevitable. Casi una cuestión de mala suerte, como si le hubiera podido pasar a cualquiera.

Hay una medio verdad escondida en esa conclusión, y es que sí, le podría haber pasado a cualquiera, pero solo si es del sexo femenino. Lo que le ha ocurrido a esta niña (y le ha ocurrido ya a tantas otras), le podría haber ocurrido a cualquier niña, a cualquier adolescente o mujer. No solo por ser vecina de este hombre, sino por ser niña o mujer en una sociedad patriarcal. Y no es "le podría haber ocurrido", en pasado, sino en un doloroso presente: "le puede ocurrir ahora, mañana y pasado", y convertirse (o convertirme) en última noticia tan "inevitable" y olvidable de un martes cualquiera.

Las mujeres también nos "desequilibramos", las mujeres también padecemos trastornos psiquiátricos y sin embargo, vaya por dios, eso también es un factor de riesgo para sufrir más violencia física y sexual aún por parte de los hombres. No hay escapatoria para esta mitad de la población, y los motivos no están en los trastornos o en enfermedades de la otra mitad, sino en el machismo sobre el que se alzan.

Un vecino de la víctima contaba a un reportero (porque se sigue entrevistando al vecindario en cada acto violento... con suerte te cuenta que el asesino saludaba en el portal o estaba "desequilibrado") que tenía también hijas, y que podría haberles tocado a ellas. Y así es. La víctima tenía 14 años, volvía del instituto como cualquier día, ¿qué puede tener una niña, o cualquiera, que haga que un hombre se obsesione con ella? Parece que las niñas y mujeres del mundo tenemos el poder de eclipsar el raciocinio de los hombres, de hacerlos "enloquecer" o de incluso empeorar lo que sea que ya sufra. La realidad es que somos nosotras las que empeoramos en salud y calidad de vida (cuando conseguimos salir con vida) por la violencia que sufrimos por parte de los hombres, en su inmensa mayoría, hombres sanos.

¿Por qué seguimos leyendo cosas como que el asesino estaba "obsesionado con la niña"? La única verdad es que se trata de un misógino y un pedófilo más, un hombre que consideró a la víctima como un objeto, un ser inferior a él. Punto. ¿Por qué seguimos maquillando cualquier acto de violencia contra las niñas y mujeres? ¿Es que nos va bien como sociedad haciéndolo así? ¿Es que desde los medios de comunicación no piensan jamás cumplir su parte y tratar las noticias con una perspectiva que forme e informe a la ciudadanía? Y si no saben hacerlo, que aprendan. Y si no pueden aprender, que hablen del tiempo. Porque es la responsabilidad de cada uno de los miembros de la redacción de cada medio, de cada jefe y de cada director. Y lo pongo en masculino porque son ellos quienes copan esos puestos sistemáticamente.

La violencia contra las mujeres tiene proporciones pandémicas en el mundo. Ponerle romance a lo que les ocurre a todas y cada una de las niñas y mujeres víctimas de hombres es también violencia machista.

"Un hombre de 32 años, que llevaba 3 semanas viviendo en un edificio, ha matado a su vecina, una niña de 14 en el mismo portal, cuando esta volvía del instituto". Puedes hablar del dolor de la familia, de cómo era ella, de qué le gustaba... humanizarla, al fin y al cabo. Pero no hay más. La ha matado sin siquiera conocerla, la ha matado porque es un misógino como tantos otros que se pasean por el mundo. Y si no empezamos nunca a contar las cosas como son, quitándoles adjetivos y justificaciones, el imaginario colectivo seguirá nutriéndose de la idea de que las mujeres podemos tener "mala suerte" y acabar "muertas" en un portal, en la casa, en la calle o en una acequia. Toda la responsabilidad de lo que nos ocurra recaerá sobre nosotras siempre, por no habernos protegido, por haber tomado el camino que no era, por haber salido cuando no tocaba o por no habernos dado cuenta de que un vecino era un "desequilibrado" que estaba "obsesionado" con nosotras.

Los hombres violan porque pueden, pero sobre todo porque quieren. Los hombres matan porque pueden, pero sobre todo porque quieren. Los hombres están socializados como personas superiores que pueden hacer con las inferiores y sus cuerpos los que quieran hacer. Punto. No hay más. No le busquen florituras ni excusas a algo que sufrimos el 50% de la población mundial a manos del otro 50%, de una u otra forma. Basta ya de invisibilizar constantemente los verdaderos motivos por los que el mundo no es un sitio seguro para nosotras. Basta de desviar la atención del quid de la cuestión: es el machismo y el sistema patriarcal el que hace que ni nuestra propia casa sea un lugar seguro para nosotras.

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