Una china en el zapato

Ingeniería inversa

Si un trabajo de ingeniería consiste en diseñar una máquina con una finalidad x, la ingeniería inversa opera en sentido contrario: se trata de averiguar la función x para la que una máquina fue diseñada. Confieso que la perspectiva científico-matemática siempre me ha fascinado. Desde esa admiración inocente me pregunto: ¿no podría explicarnos la ingeniería inversa este momento que vivimos? Si tomamos la crisis financiera como un artefacto, ¿para qué sirve, para qué parece haber sido diseñado?  

     La consecuencia más clara y más directa que ha tenido –que tiene- la crisis es el desmantelamiento del Estado. Los recortes sociales apuntan a la privatización de lo que era público. De este modo se plantea que dejemos de ser pacientes en el hospital, alumnos en la clase, lectores en la biblioteca para pasar a ser clientes de estos servicios. Igualmente ya no se espera de nosotros que seamos electores implicados en la política sino compradores de "gestión sin ideología" cada cuatro años. Los políticos se venden como sartenes.

     La máquina parece hecha para convertir ciudadanos en consumidores. El artilugio no ha sido diseñado para recortar en el sentido de ajustar, de racionalizar gastos; está pensado para encontrar nuevos clientes, para abrir nuevas posibilidades de negocio. ¿Sería entonces la crisis como una especie de sacacorchos para destapar la botella de lo público y que corran las oportunidades para unos pocos? Joder con la ingeniería inversa.

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