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Los Alba ganan un consorte

Hoy, a las 13.00, Cayetana Fitz-James Stuart, terrateniente latifundista octogenaria y duquesa de Alba, se casa por la iglesia en la capilla de su palacio sevillano con Alfonso Díez, funcionario sexagenario en excedencia del Ministerio de Trabajo a la espera de una nueva ocupación  –"Alfonso dejará el Ministerio y viviremos en el palacio de Dueñas, donde, como tenemos muchos amigos, no le será difícil encontrar otro trabajo"–  que conseguirá por méritos propios, por supuesto. Para su tercera boda por lo religioso –"Yo soy antidivorcio, antiaborto y anti todas esas atrocidades. Soy católica y lo ejerzo; por eso me caso una tercera vez. Por desgracia murieron mis dos maridos anteriores"– la duquesa vestirá un traje diseñado por el duo cómico/textil Vittorio&Lucchino, que también se encargarán de la decoración de la capillita y del traje de la madrina del evento, Carmen Tello, la mejor amiga de Cayetana y ,a la sazón, casada con Curro Romero, que ha cedido uno de sus trajes de luces como regalo nupcial para la duquesa –aquí pensaba poner un punto y aparte, pero creo que encaja mejor un OLÉ, un golpe de abanico contra el pecho y un soponcio que me deje la cara del Cristo de los Gitanos –

Los Alba ganan un consorte

A la ceremonia y al convite posterior en uno de los salones del palacio asistirá un número muy reducido de invitados, de 35 a 40, entre los que se cuentan familiares del novio (pocos), los hijos de la novia, a excepción de Jacobo Siruela y su mujer, Inka Martí, aparentemente molestos por unas recientes declaraciones televisivas no demasiado elegantes de la duquesa contra su nuera – "Es mentirosa, mala y envidiosa"– a propósito de un asuntillo menor relacionado con el reparto de la millonaria herencia inmobiliaria entre sus vástagos. Tampoco acompañará hoy a su madre en el tercer día más feliz de su vida Eugenia Martínez de Irujo, enferma de varicela, tal y como informó ayer a Efe un portavoz de la Casa de Alba. Sí estarán en la ceremonia y la comida posterior –con mucho ajo en todas sus manifestaciones líquidas, abundantes platos de arroz y algo de carnaza para rematar– notorios exmiembros de la familia política de la contrayente, como son sus dos exnueras, Genoveva Casanova o Matilde Solís, y su exyerno, el torero Francisco Rivera Ordóñez.

A todo esto, ¿les he dicho ya que la duquesa de Alba lucirá peineta y que, tal y como confesó ayer a las cámaras de televisión su peluquera Pepi, se arreglará ella misma esa melena afro? Pues lo acabo de hacer, y sin despeinarme.

Sobre lo que no ha emitido comunicación alguna la Casa de Alba ha sido acerca de la denuncia ante la Fiscalía de Sevilla contra Cayetana Fitz-James Stuart por supuestos delitos contra los derechos de los trabajadores y contra la hacienda pública presentada el pasado jueves por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), que ha tenido el detalle de ofrecerla a modo de regalo de bodas.

Conviene recordar, porque muy poca gente lo hace y entre tanto almíbar pegajoso no viene mal un poco de contraste, que la señora duquesa, la terrateniente, la viuda de –los ricitos– de oro que hoy se casa fue condenada en 2007 a pagar una multa de 6.000 euros a otro Sindicato, el de Obreros del Campo (SOC), por haberles llamado "delincuentes, gentuza y cuatro locos" después de que hubieran manifestado su descontento ante el nombramiento de la aristócrata millonaria como ‘Hija Predilecta de Andalucía’ en un acto celebrado también en Sevilla en mayo de 2006.

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