Monstruos Perfectos

París Moda Hombre Verano 2009: la corbata es la nuez

La pasarela de moda hombre de París de este fin de semana vino a confirmar lo que Milán nos avanzara hace unos días: una nueva masculinidad estética estival que pierde rigidez, gana en atrevimiento e incorpora múltiples opciones al catálogo de hombrías. No (fashion) country for old men, tituló ayer Suzy Menkes –todo un referente en la crítica de moda– su crónica de los últimos desfiles parisinos en el International Herald Tribune.

Pero el cambio de ciclo no se limita a una nueva y libérrima concepción del atuendo como marca de género, sino que ofrece una lectura más interesante; la de las influencias y los usos. Si las pasarelas de moda femenina funcionan como un oráculo de lo que nos encontraremos al cabo de unos meses en las alfombras rojas, las de moda masculina avanzan nuevas maneras que, raramente, veremos adoptar a actores de Hollywood. El hombre de las pasarelas es callejero, de club, de estrenos sin photocall y carece de nombre propio en los pies de foto. La moda del hombre que viene es de ida y vuelta, recoge su inspiración del mismo espacio al que la devuelve: la calle (aunque no cualquiera). Es más: mientras que el prêt-à-porter y la alta costura femeninas visten a mujeres que ostentan el poder (en sus múltiples variantes), las creaciones para hombre que hemos admirado en Milán y París se mantendrán muy lejos de esa esfera. De momento.

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