Monstruos Perfectos

Lecturas de verano VII: ¿Dónde estaba todo el mundo?

Ayer decidí comprarme un lote variado de esas revistas de humor que salen los miércoles y no son El Jueves. Tras la sobredosis de los bebés Pitt Jolie necesitaba una buena ración de cuerpos adultos en trajes de baño, y aunque me tocó esquivar algunos protagonismos infantiles de portada –en Semana, Leonor y Sofía son "estrellas en Palma", en Lecturas "las reinas de Mallorca" y en el Diez Minutos "Sofía derrocha simpatía a sus quince meses"–confieso que la inversión valió la pena.

La prensa del corazón como localizadora de personalidades españolas de veraneo resulta una herramienta muy práctica. Cuando yo ya pensaba que estaban todos desaparecidos en combate y me veía condenado a apañarme con el nuevo pezongate de Eva Mendes en el último anuncio televisivo de Calvin Klein, censurado en la televisión de los EEUU, respiré con alivio al descubrir en las páginas interiores a todo color que nuestros ilustres figurantes de revista no habían sido engullidos por un agujero negro (que va con todo), sino por las aguas de Ibiza.

Las revistas de esta semana son un People from Ibiza total. Allí están Vicky Martín Berrocal con un novio intermitente que parece una versión lavada y planchada de José Manuel Parada. Caritina Goyanes en minivestido con su nuevo marido, sus padres y la perra de su madre; todo un planazo previo a la luna de miel. Eugenia Martínez de Irujo –que se ha quitado de las nalgas ese toque tan osito de Tous de anteriores veranos– y su novio, el gran comunicador Gonzalo Miró, también en yate, faltaría más. Pareciera que la única que utiliza el mar en plan peatón es Carmen Martínez-Bordiú Franco, que sale del agua sola y con bikini. La vida, que es una tómbola; una semana apareces en el ¡Hola! abrazada a tu marido dentro de una góndola veneciana, y a la siguiente estás en el Lecturas, más sola que la una, luciendo blusón de mercadillo y las pantorrillas en remojo.

Ibiza está que no se cabe, será por eso que nuestros ricos han optado por islas italianas: el matrimonio Agag Aznar y su prole se relajan en Cerdeña, donde comparten vacaciones con la abuela, Ana Botella, que se atreve a quitarse el pareo cuando sale al extranjero y luce un traje de baño morado con unos cordones de corpiño frontales cuyo recuerdo puede arruinarme la siesta piscinera de hoy. Según el Lecturas, la Dama de la Macedonia lucía "un original bañador y un curioso peinado". Mientras que en el Diez Minutos ofrecen pruebas gráficas que desmienten tal originalidad: Carla Bruni e Inés Sastre ya lo llevaron antes. No digo más. En lo del "curioso peinado", admito que tienen toda la razón, siempre y cuando los redactores de la revista acostumbren a adjetivar como curiosa la expresión facial de la Duquesa de Alba, por ejemplo.

Cierro los ojos y veo a Ana Botella atada por delante. Leo a Paco Brines y hallo en sus versos la descripción de ese horror playero: "La luz se ha vuelto negra / y se ha borrado el mar." Tal cual.

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