Monstruos Perfectos

Lecturas de verano IX: Carla Bruni no tienta al Diablo

Sarkozy, Carla Bruni quiere un hijo tuyo. Que lo sepas. Lo he leído en el reportaje que le hacen en el Vanity Fair de septiembre y en varios periódicos internacionales que reproducen algunos extractos de su entrevista televisiva de esta semana con Barbara Walters para la ABC.

Carla quiere un (más) pequeño Sarkozy, y asegura que ella se decanta por los métodos naturales de reproducción, el tradicional coito marital, y no está dispuesta a recurrir a modernas técnicas de fecundación in vitro: "si viene un bebé, me haría la persona más feliz del mundo. Pero si no, tampoco tentaré al Diablo..." Admito que eso no lo he entendido. ¿Someterse a un tratamiento de fertilidad es tentar al Diablo? ¿Se agazapará Satanás dentro de una probeta? ¿Ha estado leyendo últimamente Carla al Hijo de Rosa Mari de Ira Levin y lo ha entendido mal?

A mí lo de la Primera Dama francesa me desconcierta. Carla es capaz de confesar que últimamente tiene mucho cuidado con las cosas que dice a la prensa porque todo puede ser utilizado en su contra –"Cuando eres una cantautora puedes decir que te gusta la poligamia y no pasa nada. Pero si eres una Primera Dama y dices que te gusta la Coca Cola, es un drama. Tengo que prestar atención a cada detalle, y eso es muy nuevo para mí"–y, en la misma entrevista, utiliza un desafortunado símil entre la fecundación artificial y la tentación demoníaca. Me vais a tener que perdonar, pero eso me despista. Al tiempo que me pone en guardia. Porque, por primera vez desde el comienzo del affaire sarkobrunesco, se menciona el asunto de la descendencia, y eso significa que nos espera un otoño tremendo. Unos meses de constante inquietud, de buscar en las papeleras de la prensa sensacionalista cualquier rastro de un predictor usado, de analizar el perímetro torácico y ventral de la cantante para detectar cualquier aumento sospechoso que nos dé la señal que haga estallar el titular bomba que anuncie su preñez. Un horror.

"El asunto de cómo las mujeres van a vivir con los hombres, traer hijos al mundo y, tal vez, hacer el trabajo que ellas quieren hacer, no se ha tratado en absoluto de una manera honesta. Simplemente se ha convertido en un problema con el que una se enfrenta a los cuarenta, en lugar de hacerlo cuando tiene veinte", escribió Jeanette Winterson en The Paris Review of Books hace más de diez años.

Se refería a otras mujeres, por supuesto. A mujeres que no son Carla Bruni ni esas nuevas madres de Hollywood cuarentañeras (primíparas añosas, según la ginecología) que este verano hablan de sus bebés en las revistas –Salma Hayek, Nicole Kidman– , sino a todas aquellas que sí se enfrentan a un problema, y para quienes la maternidad no es un milagro ni un refugio, como quieren hacer creer algunas revistas del corazón, con titulares tan escalofriantes y decimonónicos como este: "Tras su ruptura sentimental, Salma Hayek entregada a su hija Valentina".

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