Bulocracia

Bulos de comida con sida

Corría el año 2010 cuando en redes sociales y foros de Internet se empezó a especular con la posibilidad de que algunos alimentos de las tiendas estuvieran contaminados con sida. El bulo partía de Estados Unidos y no hablaba ni de qué alimentos concretos eran, ni de por qué lo estaban, pero sí alertaba de que había que tener mucho cuidado con esa comida con sida. Como si pudiera localizarse.

No era cierto, obviamente. Pero el bulo fue adornándose y afianzándose hasta adoptar forma de letrero alarmista de Internet, especialmente en Facebook. El primero de estos letreros donde ya se hablaba de un alimento concreto y de por qué incluía el virus, fue el de las naranjas inyectadas con sangre con sida, en español y en inglés, que caló a nivel planetario. Y eso que hay textos en castellano en los que cuesta encontrar palabras sin faltas de ortografía.

Bulos de comida con sida

Hay bulos de naranjas con sida procedentes de Argelia, de Libia o de Marruecos, con destino México, Europa o Estados Unidos.

Y como las naranjas con sida ya estaban en boca de todos, le dieron una vuelta de tuerca al asunto. Pero tampoco es que se comieran mucho la cabeza, simplemente cambiaron de fruta: de las naranjas a los plátanos. Y sorprendentemente, aunque el asunto era el mismo, el bulo de los plátanos con sida comenzó a propagarse por Internet en 2015 y se siguen viendo compartidos.

Bulos de comida con sida

Además de naranjas y plátanos, sandías, kiwis, y uvas han protagonizado bulos similares con menor repercusión. Hay multitud de versiones de estos bulos de frutas con sida, especialmente de los plátanos, y México ha sido uno de sus destinos más exitosos, ya que inicialmente varios medios del país se creyeron el bulo, incluso algún canal de televisión.

Contagio imposible

Lo que se menciona en estos bulos no tiene fundamento. Para empezar, ¿quién se dedica a meter sangre en una jeringuilla y de ahí a una fruta?, ¿la sangre con sida de dónde la sacan?

Aunque fuera cierto que hay gente que se dedica a ello, no hay fuentes que avalen que es posible contagiarse de esa manera. Por el contrario, muchas entidades corroboran que no es posible el contagio, entre ellas la agencia estadounidense de alimentos y medicamentos, que regula alimentos, medicamentos, cosméticos, productos biológicos e incluso derivados de la sangre. La FDA apunta que es imposible contagiarse de sida ingiriendo un alimento.

Las razones son que el virus VIH no se propaga por el aire y no es capaz de sobrevivir fuera de un organismo, además de que el VIH se contagia únicamente por contacto de sangre con sangre o fluidos corporales. En palabras de la FDA, "aunque un alimento tuviera sangre o semen infectados con VIH, la exposición al aire y el ácido del estómago acabarían con el virus".

De venta en...

Y como se trata de comida, y de eso compramos todos, hubo quienes empezaron a atribuirle las frutas infectadas a establecimientos concretos, cebándose en este caso con Dia.

Bulos de comida con sida

Porque hay bulos que pretenden hacer daño en una única dirección. Puede ser Dia o puede ser cualquier otro. Es como el bulo de la tartrazina, un colorante artificial que solo es malo si se compra en Mercadona.

La tartrazina es un colorante habitual en muchos alimentos y se utiliza en todo el mundo. Fue revisado en 2007 por la FDA y en 2009 por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESA), y no encontraron ninguna relación entre consumo de tartrazina y cáncer, déficit de atención o hiperactividad infantil, como dice el bulo.

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) sí ha probado que, "en exceso, puede causar alergia, intolerancia e irritaciones a personas especialmente sensibles".

Bulos de comida con sida
Tartrazina es con N, no con M.

Es decir, seguro que la tartrazina es algo de lo que podemos prescindir. Pese a que se utiliza desde hace décadas, existe un debate médico sobre sus posibles efectos adversos, aunque nunca se ha probado que sea cancerígena.

Pero a lo que vamos, los colorantes alimentarios son idénticos o casi idénticos en su composición. Así que si la tartrazina fuese cancerígena, el colorante alimentario Hacendado de Mercadona sería igual de cancerígeno que el del resto de marcas.

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