Cuando se presenta el momento de irse de vacaciones, son mayoría los que llegan a ellas quemados de todo el año. El problema lo tienen los que vuelven quemados, esta vez por el sol. Da igual cómo lo hagan, porque cada verano se repite lo mismo y la operación bronceado termina en un fiasco, casi siempre doloroso.

Y es que estamos equivocados en casi todo lo que se refiere a broncearse bien y proteger la piel de los rayos solares, al parecer. O al menos eso es lo que quiere evidenciar un nuevo Decálogo de bulos en fotoprotección, difundido esta vez por la Asociación de Profesionales de la Farmacia (Asprofa) y el Instituto #SaludsinBulos, "una iniciativa para combatir los bulos de salud en Internet y contribuir a que exista información veraz y contrastada sobre salud en la red".

Eso está bien. En cuanto a tomar el sol, las buenas costumbres no abundan y tampoco acertamos demasiado con las que creemos que sí lo son. Cuestiones como la duración y eficacia de las cremas solares o cuál debe utilizarse según qué tipo de piel y cuántas veces, están a la orden del día en lo que se refiere a falsas creencias, como desvela el decálogo citado: diez mentiras sobre tomar bien el sol que mucha gente ni se imagina.

1. "Los fotoprotectores son válidos de un año para otro". Una vez abiertos, estos productos "se rigen por el PAO (Periodo After Opening)", el tiempo que el producto mantiene sus características después de su apertura, que se representa con el dibujo de un tarro abierto y plazos en meses: "3M", "6M", "12M". Es en eso en lo que debemos fijarnos, además de conservar el fotoprotector en condiciones óptimas.
2. "Todos los fotoprotectores son iguales". No lo son y conviene fijarse en que incluyan filtros para la acción solar, que se presuponen, pero también agentes fotoprotectores, ya que hay productos que solo protegen de la radiación ultravioleta B (UVB), mientras que otros incorporan filtros UVA, el infrarrojo A o la luz visible. Tampoco debe olvidarse la remanencia o adherencia del producto a la piel y su textura, pues cada cual tendrá sus gustos en cuanto a que el ungüento pringue más o menos.
3. "El factor de protección (SPF) indica el tiempo de protección". El factor de protección refleja cuantas veces más se puede estar expuesto al sol para producir en el cuerpo el mismo moreno que sin aplicarse el protector: "Si el primer día que nos ponemos al sol aguantamos 10 minutos sin quemarnos, con un protector solar del 30, podríamos aguantar 30 veces más". En este caso, lo difícil es saber cuándo se está quemando uno sin protector para poder medirlo.
4. "Existen protectores que bloquean el 100% de la radiación". El decálogo asegura que "ningún fotoprotector bloquea el 100% de las radiaciones, ni siquiera mezclando diferentes filtros lograremos bloquear la radiación por completo".
5. "Dos cremas protectoras suman su actividad". La suma de factores de varios productos no suma, es la conclusión: "Si aplicamos un producto con SPF 20 y otro con SPF 30 no lograremos  protegernos el equivalente a un producto con SPF 50. Solo conseguiremos la protección que nos confiere el producto con un SPF mayor".
6. "Con una aplicación diaria de factor de protección es suficiente". Las cremas solares permanecen en la piel como máximo dos horas, aunque algunas anuncien que son permanentes y que basta con una aplicación diaria. También pierden su efecto las cremas 'permanentes' después de veinte minutos de baño o si se suda en exceso. Así que parece claro que para estar al sol hay que echarse crema solar más de una vez al día.
7. "En invierno y los días nublados no es necesario aplicar un protector solar". La radiación solar "atraviesa las nubes" y actúa aunque no se tenga sensación de calor. Por eso debe aplicarse crema solar aunque esté nublado y también en invierno, y si no preguntad a los esquiadores.
8. "Si me aplico protector solar, no me pongo moreno". El decálogo recuerda que "no existe la fotoprotección 100%", por lo que siempre habrá una cantidad de radiación solar que incida en la piel y active el sistema de protección natural del cuerpo, la producción de melanina. Estar moreno no deja de ser nunca una agresión a la piel.
9. "La piel morena (o raza negra) no se quema y no necesita aplicar protector". Las personas negras tienen mayor facilidad para broncearse y se queman menos, pero también se queman. La radiación solar daña cualquier tipo de piel, unas más que otras.
10. "Las cremas resistentes al agua no hacen falta que se reapliquen". Todos los protectores deben aguantar al menos un baño de veinte minutos, como mencionábamos antes, aunque algunos lo hacen más y se indica en los envases: water resistant, eficaces tras un baño de 40 minutos; y waterproof o very water resistant, que mantienen su efecto hasta 80 minutos. Nunca más. Por eso lo recomendable siempre es volver a aplicarse crema tras salir del agua, sobre todo si uno se ha secado con toalla y se ha llevado con ella lo que quedaba de producto.

Lo más curioso es que uno puede comprarse una crema protectora de estas desde poco más de dos euros hasta sobrepasar los cien. En todo caso, si después de considerar este decálogo te sigue pasando lo de todos los años, lo tuyo no es el sol. Ponte a la sombra.