Bulocracia

La lúcida chapa que no es de Steve Jobs en su lecho de muerte

Linkedin es esa red social destinada a mantener contactos profesionales. Allí cada cual vende su moto para que otros se la compren y se estila mucho ofrecer consejos, experiencias ejemplarizantes de personas exitosas, historias de las que aprender, proverbios o lo que haga falta. Hay quienes entran en Linkedin solo para publicar este tipo de mensajes aleccionadores e inspiradores, y con eso se ganan su familla o simplemente justifican su presencia.

Ahora vemos en Linkedin un texto largo y reflexivo que se le atribuye a Steve Jobs en su lecho de muerte. El fundador y presidente ejecutivo de Apple, además de máximo accionista individual de The Walt Disney Company, falleció el 5 de octubre de 2011 a causa de un cáncer de páncreas, dejando una fortuna de más de 7.000 millones de dólares. Murió rico y por ello es carne de esos mensajes de Linkedin que nos ponen de ejemplo su carrera, su éxito y su clarividencia hasta el último suspiro.

El presunto texto de Jobs que se aporta es bastante largo y lo primero que llama la atención que alguien que se está debatiendo entre la vida y la muerte pudiera soltar tal chapa, con esa lucidez, en tales condiciones. Lo cierto es que no existe prueba alguna de que estas palabras sean del magnate estadounidense, pero ahí está, esta vez en Linkedin, para algarabía de los que no se cuestionan su veracidad y se lo creen casi todo.

"En este momento, acostado en la cama, enfermo y recordando toda mi vida, me doy cuenta de que todo el reconocimiento y riqueza que tengo no tiene sentido frente a la muerte inminente. Tengo el dinero para contratar al mejor en la tarea que sea, pero no es posible contratar a alguien para que cargue mi enfermedad. El dinero puede conseguir todo tipo de cosas materiales, pero hay una cosa que no se puede comprar: LA VIDA".

"A medida que creci me di cuenta que un reloj de $300 y uno de $3.000.000 muestran la misma hora. Que con un automovil de $ 150,000 y uno de $15.000.000 podemos llegar al mismo destino. Que un vino de $150 o uno de $1500, generan la misma "resaca". Que en una casa de 300 metros cuadrados, o en una de 3000, la soledad es la misma. La verdadera felicidad no proviene de las cosas materiales, proviene del afecto que nos dan nuestros seres queridos. Entonces, espero que entiendas que cuando tienes amigos o alguien con quien hablar, ¡es la verdadera felicidad!".

La lúcida chapa que no es de Steve Jobs en su lecho de muerte La lúcida chapa que no es de Steve Jobs en su lecho de muerte

El texto, al que le faltan tildes y del que no se aclara si lo pronunció Jobs o lo escribió, continúa con "cinco hechos innegables" y una "conclusión", y termina con una frase que sorprendería si la hubiese aportado el fundador de Apple, pero no es así:

"En cualquier etapa de la vida en la que te encuentres ahora, agradece y disfruta al máximo de las pequeñas cosas y atesora el Amor de tu pareja, tu familia y tus amigos, para que cuando llegue el día en que baje el telón, puedas llevar contigo la verdadera riqueza de este mundo".

Esto parece más fácil afirmarlo siendo rico que siendo pobre, pero atribuírselo a Steve Jobs en su lecho de muerte es tirar de demagogia y de falsedad. Jobs estuvo muy enfermo especialmente durante los últimos dos meses de su vida, en los que se dedicó en exclusiva a luchar contra el cáncer. Llevaba sufriéndolo años, pero se agudizó hasta el punto de postrarle en una cama.

De hecho, lo que sí dijo Steve Jobs seis años antes de fallecer fue que "si vives cada día como si fuera el último, algún día acertarás... Cada día me miro al espejo como si fuera el último". Esto lo afirmó en 2005 en un discurso de graduación en la Universidad de Stanford, a lo que añadió: "Acordarme de que voy a morir pronto me ayuda a tomar las decisiones... Acordarse de que vas a morir es la mejor manera de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo, no hay razón para que no sigas tu corazón... Tu tiempo es limitado, no lo desprecies".

Jobs era un hombre inteligente, tenía las cosas muy claras y alcanzó un éxito a nivel profesional sin precedentes. Conocimos más sobre que estaba enfermo tras su muerte que en vida, porque no le gustaba hablar del cáncer que padecía, pero durante su último, 2011, apenas participó en actividades relacionadas con el trabajo. No ocultaba sus visitas a clínicas, pero tampoco las comentaba. Se estaba muriendo y parecía ser consciente de ello.

Esas presuntas palabras suyas llevan dando vueltas al menos desde 2015 en varios idiomas y no están recogidas en ningún medio de comunicación, solo en compartidos en las redes sociales de los cuales hay varias versiones que no difieren demasiado. Jobs murió en compañía de su familia, de su esposa Laurene, de sus hermanas Patty y Mona y de sus hijos, y no hay constancia alguna de que dedicara sus últimos instantes vitales a esgrimir una chapa ejemplarizante de semejante calibre. Es más, numerosos medios, comenzando por The New York Times, aseguraron cuando murió Jobs que sus últimas palabras fueron "Oh wow. Oh wow. Oh wow".

Suena al menos más lógico que alguien espete tales sonidos a que componga un lúcido mitin de última hora, pero para Linkedin es ideal este asunto, porque en esa red social son mayoría los crédulos de cualquier cosa y amplia minoría los que se plantean que algo pueda ser falso.

Lo cierto es que casi once años después de la muerte de Steve Jobs, se le sigue atribuyendo ese texto de "antes de morir", y no hay nada de nada. Pero poner como ejemplo lo que dijo un hombre exitoso en Linkedin mola, aunque no se haya contrastado y jamás lo dijera.

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