Bulocracia

El timo de la estampita nunca se fue y ahora se llama 'rip deal'

Cuando hablamos del timo de la estampita a muchos le viene a la mente la película española de 1959 Los tramposos, de Pedro Lazaga; con los 'timadores' Tony Leblanc y Antonio Ozores, que compartían vicisitudes con Laura Valenzuela y Concha Velasco; y la mítica imagen del presunto tonto con un fajo de billetes que vendía por mucho menos, porque era tonto, a un 'aventajado' que caía en el engaño precisamente por querer engañar a alguien en teoría menos listo que él. En el sobre que supuestamente contenía el dinero, una vez pagado, no había billetes, solo papeles.

El timo de la estampita se ha ido modernizando con el tiempo y tiene muchas versiones. Tras el sobre con billetes llegó la radio o radiocasete que al abrir la caja en casa, no era más que un ladrillo; o el décimo premiado, un fraude en el que se cambian los billetes por lotería presuntamente premiada -y aún no cobrada- que se conoce como tocomocho.

El timo de la estampita nunca se fue y ahora se llama 'rip deal'

Estos timos requieren de varias personas, al menos un par de ellas, y tienen el 'mérito' de representarse en directo con la víctima como protagonista estelar. Aunque parezcan más que evidentes, se siguen produciendo a tutiplén y la gente sigue picando, especialmente las personas de más edad. Ahora incluso conlleva que la víctima pase por un cajero para 'pagar' su sobre con papeles.

Los timadores pueden llegar a ingresar cantidades importantes gracias a esta clase de timos, que tienen el 'aliciente' de que estos delitos suelen estar poco penados y eso anima a quienes los cometen a seguir haciéndolo.

'Trato mortal'

Ahora existe una modalidad de timo de la estampita a una escala mucho mayor y, como somos modernos y dominamos el inglés, la conocemos como 'rip deal'. 'Trato mortal' tal vez nos hubiese sonado más a película de Schwarzenegger.

Una organización que se valía de este método ha caído hace unos días en la Comunidad Valenciana. Los estafadores, casi todos hombres, se hacían pasar por empresarios extranjeros exitosos en sus países de origen, aunque el modus operandi consistía esta vez en engañar a sus víctimas comprándoles, presuntamente, mansiones, coches de alta gama, relojes, joyas, oro o artículos de lujo por mucho más de lo que los vendedores pedían. También criptomonedas.

La condición era que estos accedieran a cambiarles billetes de 500 euros casi siempre, pero también de 200 y 100, por otros de menor valor, a poder ser de 50 o 20 euros. A cambio la organización acababa dando a los estafados lo mismo que en Los tramposos: recortes de papel. Solo desembolsaba una pequeña cantidad a modo de señuelo y la usaban para embaucar durante la transacción.

Este nuevo timo de la estampita se fija en personas de alto nivel adquisitivo y sus actores se hacen pasar por millonarios sin problemas. Es una práctica que prolifera, aunque esta banda en concreto se dedicaba también a los robos con fuerza en domicilios y, en ese caso, eran casi siempre mujeres jóvenes quienes los cometían apoyadas, eso sí, por un hombre que las esperaba en un coche.

Su método era tan simple como el 'resbalón', que consiste en deslizar cualquier lámina de plástico, fina pero consistente, entre el marco de la puerta y el pestillo, el clásico de la radiografía.

Esta organización itinerante era de origen italo-croata, operaba en Castellón y Alicante y tenía dos especialidades: las estafas tipo 'rip deal', para ellos; y los robos con fuerza en domicilios, para ellas. Al parecer era un conocido clan asentado en la localidad alicantina de Orihuela, pero la operación ha traspasado fronteras y han sido detenidas 26 personas más en Croacia, Italia, Países Bajos, Suiza y, sobre todo, en Francia.

Familias enteras

En otras ocasiones se ha detenido a familias enteras, como el pasado verano en Girona. También la Policía Nacional detuvo en agosto en Lloret del Mar a cinco miembros de una familia que llevaba a cabo estafas 'rip deal'.

El timo de la estampita nunca se fue y ahora se llama 'rip deal'

Lo llamativo es que la familia también era italo-croata, en esta ocasión supuestos empresarios de éxito en España y en otros países de la Unión Europea. Así trataban de aparentarlo y parece que no les iba mal, porque se les intervinieron numerosas joyas y once relojes valorados en más de 230.000 euros.

Obtenían, además, beneficios extra con un supuesto negocio de cambio de bitcoin a dinero en efectivo, otra modalidad del timo de la estampita que ha sido adaptado a los tiempos que corren. Las estampitas también pueden ser ahora criptomoneda, pero al final el timo es el mismo.

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