Buzón de Voz

La buena educación

Después de seis meses de reuniones con partidos, sindicatos, asociaciones de padres y profesores, el ministro Ángel Gabilondo presentó ayer las 148 medidas que componen su propuesta de Pacto por la Educación. Es demasiado importante la asignatura (pendiente) para despacharla en un examen de urgencia. Cabe apuntar ya que el proyecto refleja un esfuerzo claro por concitar apoyos de origen diverso, como demuestran la mayoría de las reacciones escuchadas en las últimas horas. Objetivos como reducir la tasa de fracaso escolar, abordar de un modo creíble la formación profesional, reforzar las becas para alumnos necesitados o fomentar el plurilingüismo deben unir las voluntades de todos los actores de la educación. Elevar la calidad de la misma es el único modo no sólo de aumentar la productividad sino sobre todo de avanzar hacia una meta mucho más trascendente: la sociedad del conocimiento.

La propuesta contiene una memoria económica, lo que no es habitual cuando sólo se pretende vender humo. Desde el PP se ha respondido con desgana, quizás porque no se considera rentable políticamente alcanzar pactos globales con el PSOE en este momento. Exigir que el Gobierno amplíe el apoyo público a la enseñanza privada o concertada es un modo poco disimulado de esquivar cualquier posibilidad de consenso. Aunque sólo fuera por educación, el PP debería mostrar un mayor interés en el asunto.

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