Buzón de Voz

Un enorme coraje

El 7 de marzo de 2003, Adolfo Suárez Illana se acercó a su padre y le dijo: "Papá, Mariam ha muerto". El ex presidente del Gobierno sólo preguntó: "¿Y quién es Mariam?" Era su ojito derecho, la hija a la que más unido había estado. Los médicos no han podido diagnosticar si la enfermedad cerebral degenerativa que sufre es o no alzhéimer. Lo que sí se sabe es que Adolfo Suárez fue consciente durante meses de que iba perdiendo la memoria. Se le olvidaban las cosas, las citas, los nombres... Debe de ser lo más duro. Notar que las neuronas, como las bombillas de un árbol navideño, se van apagando una a una, despacito. Hoy, Suárez vive ajeno a la realidad y sólo responde a los estímulos del cariño.

A Pasqual Maragall le han diagnosticado alzhéimer y él mismo ha anunciado que sufre la enfermedad y que irá "a por ella" como fue "a por los Juegos Olímpicos o el Estatut". Junto a él, Diana Garrigosa, compañera en todas las batallas, sonreía con la misma fortaleza que ha caracterizado su trayectoria personal y política.

Los dos demuestran un enorme coraje que puede servir de ejemplo a centenares de miles de familias en la misma situación. Los últimos estudios indican que el carácter positivo retrasa los efectos de la dolencia. Así sea.

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