Buzón de Voz

Especuladores con nombres y apellidos

Si los gobiernos y partidos políticos se tomaran en serio su obligación de evitar el inmenso daño que la especulación financiera produce en la economía real, los individuos que aparecen en las páginas anteriores de este periódico y muchos más deberían ser perseguidos por la ley. Lo que ha hecho el principal banco de Alemania en el último mes consiste en apostar a la caída de la bolsa española con el objetivo de hacer mucho dinero en muy poco tiempo para la propia entidad y para algunos de sus clientes. El éxito de esas operaciones bajistas se garantiza cuando paralelamente se extienden rumores falsos sobre la debilidad de la economía española o sobre la urgente necesidad de recurrir a las ayudas de la UE. Sería absolutamente ingenuo interpretar como casual el hecho de que fueran algunos medios alemanes los que alimentaran los rumores sobre la inminente quiebra de España. Cabeceras españolas de tinte conservador y dirigentes políticos capaces de cualquier cosa para alcanzar el poder atizan esos rumores de forma frívola e irresponsable. No basta con que estas actuaciones bursátiles sean más transparentes, como ocurre desde el pasado 11 de junio, sino que deberían estar prohibidas y ser calificadas como delito. Por mucho que se disfracen con tecnicismos, las apuestas bajistas respaldadas por noticias falsas consiguen alterar el precio de las cosas y arruinar las economías. ¡Y encima los especuladores intentan pasar por generosos filántropos!

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