Buzón de Voz

¿Elecciones para qué?

Si la principal incógnita previa al debate consistía en saber quién ganaría más credibilidad, la respuesta más gráfica fue la que el propio Zapatero ofreció a Rajoy: "Yo he perdido confianza por parte de los ciudadanos, pero ni que usted estuviera para echar cohetes". En ese ejercicio de humildad (que nunca sobra), incluso se quedó corto. Quizás para impedir el eterno reproche de la supuesta "improvisación", Zapatero renunció a cualquier sorpresa en forma de nueva medida contra la crisis. Hizo un discurso plano, con un ojo puesto en Catalunya por las heridas del Estatut y el otro en la explicación de los cambios de rumbo en la economía por la necesidad de actuar de la mano de Europa ante la gravedad de la situación financiera.

Quienes esperaban un relato "apasionado" de reivindicación de sus políticas o de compromisos de futuro tuvieron que conformarse con la justificación de las reformas en marcha y con el llamamiento a la confianza colectiva. ¿Ganó Rajoy un palmo en la confianza que las encuestas le niegan? En absoluto. Proclamar que todos los problemas de España son culpa de Zapatero no es un argumento creíble. El líder del PP ejerció de defensor de trabajadores, pensionistas, parados... para luego afirmar que los recortes contra los que votó "llegan tarde", es decir, que él los habría anticipado. Propone elecciones ya. ¿Para hacer qué? Zapatero lanzó un guiño al PNV huyendo de su soledad. Rajoy no tiene compañía para una moción de censura.

Más Noticias