Buzón de Voz

La familia y el señor obispo

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, y su brazo armado en las ondas, Federico Jiménez Losantos, llevan más de un mes lanzando al viento la convocatoria de una concentración Por la familia cristiana que se celebrará mañana al mediodía en la plaza madrileña de Colón, rompeolas de las más rancias Españas. Tantos minutos, horas y días dedicados a difundir razones que sirvan para movilizar a los fieles dan para mucho, especialmente al final de un curso en el que ya venían entrenados en el fascinante ejercicio de calentar la cabeza a los ciudadanos con las más fatídicas predicciones.

Esta Navidad no bastaba con el tradicional ejemplo de un pobre carpintero mosqueado ante el embarazo de su esposa virgen, pero tranquilizado por completo al escuchar la voz del ángel que le explica que no se trata de cuernos, sino del Espíritu Santo que ha depositado la semilla que dará como fruto al mismo Dios hecho hombre. Este año, según Rouco, "la familia sufre fuertes amenazas, tanto en España como en Europa", y tales riesgos exigen una manifestación de masas en defensa de "un bien inseparable del cumplimiento del plan de Dios sobre ella (la familia) y al que tantos obstáculos y dificultades, de todo orden, pone la sociedad y cultura actuales, rendidas muchas veces a la fascinación tentadora de modelos de vida egocéntricos y materialistas".

Manipulación

No ha venido mal, a la hora de calentar los ánimos de los creyentes, el descubrimiento de los presuntos horrores cometidos en algunas clínicas abortistas. ¿Qué mayor ataque a la familia que el desprecio a la vida misma, si además se ejerce con fines mayormente crematísticos? Poco importa al parecer de los próceres católicos el derecho a la presunción de inocencia, o el desmentido oficial de que existan pruebas del uso de extrañas "trituradoras" utilizadas para machacar fetos y arrojar sus restos a la basura. El lento proceso judicial despejará la incógnita de si asistimos a un nuevo caso Leganés, cuyas consecuencias siguen hoy sufriendo miles de pacientes terminales en los hospitales madrileños, donde los médicos no se atreven a cruzar el límite de sedación que puede acabar con el sufrimiento del enfermo, pero también con el honor, la imagen y el currículum del especialista.

El caso del doctor Morín (de quien hasta el apellido suena a Lucifer) está siendo manipulado por la Iglesia y por organizaciones conservadoras para reabrir una campaña contra el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, en un país en el que el 97% de las interrupciones de embarazo se realizan en la sanidad privada y donde aún quedan comunidades autónomas en las que es imposible abortar, ni por la vía privada ni por la pública. Ni en el supuesto de daño psicológico para la madre ni siquiera en el de violación. Cero abortos en Navarra, por ejemplo.

Para un colectivo especializado durante dos milenios largos en reprimir el pensamiento individual y en adaptar los argumentos a la conclusión previamente establecida no cuesta mayor esfuerzo echar mano de cualquier avance en las libertades o de cualquier progreso científico para alertar a la población de riesgos infinitos que conllevarán la destrucción total de todo lo bueno que en el mundo ha sido. Y como en cualquier otro colectivo, hay gente más papista que el Papa.
No contento con el escándalo de los abortos ilegales, comparado diariamente en medios conservadores con la técnica del rey Herodes, el obispo de Tenerife ha comparado y relacionado la homosexualidad con la pederastia. "Hay menores deseándolo, incluso si te descuidas te provocan", ha asegurado monseñor Bernardo Álvarez, sin sonrojarse y sin aclarar tampoco en qué experiencias personales se basa para soltar semejante afirmación. Dice don Bernardo que "la homosexualidad perjudica a las personas y a la sociedad". Cualquier padre creyente, católico, con un hijo menor homosexual puede encontrar base suficiente para "perjudicar" a este monseñor en los tribunales o al menos en el juicio final.

La Iglesia, que ha decidido salir mañana a la calle Por la familia cristiana, no quiere enterarse de que la familia disfruta en España de una estupenda salud. Todas las encuestas (y el sentido común) demuestran que la familia sigue siendo la tabla de salvación ante la enfermedad, el paro, la depresión, la dependencia, la ruina... Y la familia se abre y progresa y acoge nuevos modelos que ninguna religión tiene derecho a condenar: el amor entre personas del mismo sexo o el de una madre soltera hacia su hijo o el de una pareja hacia el bebé adoptado nada deben envidiar al del matrimonio encadenado hasta que la muerte lo separe. Y no por ello se dedican a sermonear diariamente sobre la hipocresía de tantos dictados de la Iglesia.

Amargo aniversario para Rajoy

Después de la rueda de prensa en la que exponía su singular balance de la legislatura, Mariano Rajoy tenía previsto ayer, viernes, "desaparecer" junto a su mujer, Elvira Fernández, para celebrar el 11º aniversario de su boda. Sin embargo, el líder del PP se vio obligado a cambiar de planes por el fallecimiento de José Cuiña a causa de una neumonía que vino a complicar una larga enfermedad. Cuiña fue precisamente uno de los dirigentes del partido en Galicia que más zancadillas puso en la carrera política de Rajoy, quien ayer se trasladó a Lalín (Pontevedra) para asistir a los funerales.

Jordi Sevilla y las listas de Valencia

La pretensión de que el ex ministro Jordi Sevilla pudiera liderar a los socialistas valencianos parece cada día más remota. Es tal la división del partido en esta comunidad que algunas agrupaciones de Castellón incluso se resistían a proponer a Sevilla como cabeza de lista por esa provincia. Uno de los hombres de máxima confianza de Sevilla, el diputado Ricard Torres, ha quedado además fuera de la candidatura por Valencia, pese al apoyo explícito que le brindó el mismísimo vicepresidente Pedro Solbes.

Sarkozy prefirió Egipto a Lanzarote

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, parece haber trabado una relación personal excelente con el rey Juan Carlos. Durante su último encuentro en París, comentaron lo que estaba en boca de todos, el romance del líder galo con la modelo y cantante Carla Bruni. Sarkozy expresó su deseo de descansar unos días en Navidad y el rey aprovechó la oportunidad para invitarle a visitar La Mareta, finca utilizada por la familia real en Lanzarote y a la que han acudido varios jefes de Estado. Sarkozy prefirió recorrer el Nilo.

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