Buzón de Voz

Dopaje y rasgos genéticos

Habrá que empezar a admitir que puede ser un rasgo genético de la sociedad española. Cada vez que surge un escándalo de corrupción, resulta que todo el mundo lo sabía. Cuando se destapó el multimillonario saqueo de Marbella, no había vecino ni turista en la Costa del Sol que no se declarase informado del asunto "desde siempre", salvo aquellos que se concentraban para aplaudir a Juan Antonio Roca y a toda la banda, "víctimas" por supuesto de una "operación política".

Ha estallado el mayor escándalo de dopaje del deporte español y cada día aparecen atletas, ex atletas, cargos federativos, periodistas radiofónicos y aficionados anónimos que tenían "clarísimo" que Marta Domínguez y Eufemiano Fuentes (doctor Astérix para los amigos de las pócimas) se dedicaban "a lo que se dedicaban". ¿Y cómo es posible que nadie hubiera presentado una denuncia? ¿A qué "se dedicaban" los que tanto sabían del asunto? Otro rasgo genético parece ser el del apego al cargo. José María Odriozola lleva casi 22 años en la presidencia de la Federación Española de Atletismo. Nadie sabe todavía si él sabía o no sabía, porque ha permanecido mudo desde que la Guardia Civil detuvo a su vicepresidenta, Marta Domínguez. Hoy tiene previsto dar su punto de vista sobre lo ocurrido. Pero, sea cual sea la explicación de Odriozola, la única salida decente consiste en despedirse de la silla y colaborar con la Justicia en la investigación del dopaje.

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