Buzón de Voz

La entrega al discurso único

Entre los factores que pueden llevar al PSOE a la oposición en 2012, uno de los que más pesan es el empeño gubernamental en irritar o decepcionar a su propio electorado. Su entrega al discurso único en las medidas contra la crisis sólo tiene la virtud de poner en evidencia las disparatadas contradicciones del PP, pero las encuestas indican que ni la demagogia ni la hipocresía ante la corrupción hacen la más mínima mella en la marmórea fidelidad del voto conservador. Zapatero lo ha apostado todo a una salida de la crisis que pasa por aplicar uno por uno los calmantes que los mercados exigen, los mismos que a su vez deciden los gobiernos neoliberales de Merkel, Sarkozy o Cameron, sin atender una sola sugerencia que se salga del tratamiento recetado por los mismos doctores que envenenaron al paciente. Así que se acepta como axioma incontestable que la demografía exige reformar las pensiones públicas para garantizar su futuro. En el discurso único, reformar viene siendo un eufemismo del verbo recortar, ejercicio lógicamente apasionante para los interesados en fomentar la inversión en fondos privados de pensiones a costa de sembrar la incertidumbre sobre los fondos públicos. ¿Quién ha decidido que es imprescindible retrasar la edad de jubilación en lugar de fomentar una mayor incorporación de la mujer al mercado de trabajo? ¿Alguien ha preguntado a los ciudadanos si prefieren pagar un nuevo impuesto –siempre progresivo– que les garantice un retiro digno?

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