Buzón de Voz

Maldita la gota que se desperdicie

Nos habíamos acostado el lunes dándole vueltas al penúltimo llamamiento del Partido Popular a todos los ciudadanos de bien. Se trata de festejar juntos en las calles, "con alegría y orgullo", la fiesta nacional del 12 de octubre. "Somos España", reza el eslogan de la campaña (perdón por el pareado). Ángel Acebes puntualiza que no es "una convocatoria partidista", sino una invitación "a los actos institucionales que se convocan".

Con la inseguridad y la duda permanente que nos caracterizan, afrontamos el insomnio intentando despejar una acumulación de incógnitas: ¿Puede un partido invitar a actos institucionales? ¿Puede un partido hacer una convocatoria no partidista? Si la inmensa mayoría de los ciudadanos acude, ¿se prolongará el desfile militar del Paseo de la Castellana con millones de civiles marcando el paso? ¿Cabrán todos en el Palacio Real para la recepción institucional? ¿Somos ciudadanos? ¿de bien? ¿Y alegres? ¿Y orgullosos? ¿Somos España?...

Cuando estábamos a punto de llegar a la fatídica pregunta (¿somos?) nos madrugamos con la voz de Mariano Rajoy y el anuncio de una nueva propuesta: el PP llevará en su programa electoral el compromiso de que el himno nacional tenga "una letra en la que se hable de la monarquía y de España". La verdad es que en un programa electoral caben más cosas que en las Memorias de Chesterton.

Los reflejos del PP son impresionantes. Sólo habían pasado unas horas desde el discurso del Rey en defensa de la utilidad de la monarquía parlamentaria. Ahora Juan Costa, encargado del programa, tendrá que quitar números y créditos y planes de vivienda para dejar hueco a la monarquía, las banderas, el himno, los escudos... Y entonces, sin recuperarnos del insomnio, recordamos la sentencia tan genuinamente española del Lazarillo de Tormes: "Maldita la gota que se desperdicie".

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