Buzón de Voz

A Rouco hay que exigirle algo más que respeto

Es más fácil encontrar restos de vida en Marte que de dignidad en la cúpula de la Iglesia católica española. ¿Cómo se atreve monseñor Rouco Varela a plantear una negociación con el Gobierno sobre los contenidos de Educación para la Ciudadanía? ¿O sobre la futura Ley de Libertad Religiosa? ¿A qué espera la máxima autoridad del catolicismo en España para pedir perdón por los cuatro años de campaña de manipulación política que ha protagonizado? ¿Cuántas condenas judiciales por calumnias, falsedades, injurias e insultos tiene que recibir Jiménez Losantos para que la Conferencia Episcopal decida poner en su sitio al rentabilísimo predicador? ¿Romperán los obispos su cómplice silencio con un sermón sobre la libertad de expresión? ¿El ideario de la Cope es el que conocemos o existe un manual secreto que permite utilizar la infamia para hacer dinero?

El cardenal que ayer visitó el Palacio de la Moncloa es el mismo que el 30 de diciembre pasado proclamó que en España "no se respetan los derechos humanos". El mismo que en plena campaña electoral pidió descaradamente el voto para el PP y condenó a los infiernos a todo aquel que votara a la izquierda. ¡Y todavía esperaba que el presidente del Gobierno bajara la escalinata y le besara el anillo episcopal!

En un ataque de firmeza dentro de la más "exquisita cordialidad", Zapatero reclamó a la Iglesia "el mismo respeto y lealtad" que el Gobierno le brinda. Se ve que el presidente tenía ya la cabeza en las marismas de Doñana. Además de respeto y lealtad, no habría sobrado exigir a los obispos alguna disculpa por las barbaridades cometidas.

Monseñor Rouco necesita ahora la colaboración del Gobierno para mayor gloria de Benedicto XVI en su futuro viaje a España, en 2011. Casi en vísperas de las próximas elecciones generales. Habrá que escuchar esa homilía.

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