Buzón de Voz

La UE se mueve

En mayo del año pasado, cuando la Unión Europea y el Fondo Monetario aprobaron el (primer) rescate de Grecia, las múltiples y autorizadas voces de alarma sobre el carácter injusto e ineficaz del plan fueron ahogadas por ese coro del discurso único que entona el estribillo de la sacrosanta austeridad. Premios Nobel de Economía y ex líderes europeístas fueron despachados casi como demagogos cuando advirtieron de que las condiciones impuestas en aquel rescate impedirían crecer a la economía griega y por tanto harían imposible el pago de la deuda. Ha costado un año largo que la canciller Angela Merkel eleve la vista más allá de los intereses cortoplacistas germanos y empiece a asumir que la agonía del euro también supondría el suicidio de Alemania. Pese a la exasperante lentitud de la maquinaria europea, ayer volvió a demostrarse que las instituciones de la UE pueden resolver problemas si se empeñan en hacerlo. Alargar los plazos de devolución y rebajar los intereses del nuevo y multimillonario crédito a Grecia y flexibilizar los usos del fondo de rescate para dar préstamos a países de la zona euro son tres de los pasos que ayer decidió la cumbre extraordinaria. Un éxito político. Lanzar eurobonos, crear una deuda europea común o una agencia pública de rating siguen siendo asignaturas pendientes. La UE necesita caminar más deprisa y no perder otro año en dilaciones que resultan ruinosas para el bolsillo de los ciudadanos.

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