Buzón de Voz

Las matemáticas de Obama

El plan presentado ayer por Obama para la reducción del déficit público en Estados Unidos ha sido tachado inmediatamente de "electoralista" por sus críticos. Es cierto que las elecciones presidenciales de noviembre de 2012 condicionan ya cualquier propuesta, pero eso vale también para las que hacen los republicanos, como ocurre en todo país democrático con cita electoral a la vista. Obama plantea reducir en más de tres billones de euros el déficit en la próxima década rebajando los gastos militares (el fin de la guerra de Irak y la salida de Afganistán lo facilitan), subiendo los impuestos a los más ricos y a las grandes empresas y recortando el gasto público mediante los ajustes que ya negocian demócratas y republicanos en un comité bipartito compuesto por 12 congresistas. El plan tiene nulas posibilidades de aprobación inmediata, de modo que lo que pretende sobre todo es avanzar el eje del programa con el que Obama intentará continuar en la Casa Blanca. Su primer mandato se ha caracterizado por un pragmatismo alejado de aquel ilusionante "Yes, we can". Aun así, su propuesta de salida de la crisis marca distancias no sólo con los republicanos sino también con los gobiernos europeos anclados en la asfixiante austeridad. Obama no renuncia a la inversión pública que estimule el empleo y, para que no le tachen de rojo, recurre a "las matemáticas": hay que subir los

impuestos a los que más tienen para sostener el gasto social.

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