Buzón de Voz

Extrañas sonrisas

Lo que Mariano Rajoy va diciendo a sus colegas europeos ya ha quedado registrado con imagen y sonido. "Este viernes hemos hecho la Ley de Estabilidad; el viernes que viene, la reforma financiera. Luego, la laboral; la [reforma] laboral me va a costar una huelga". Así se explicaba ayer el presidente español ante el primer ministro finlandés poco antes de estrenarse en el Consejo Europeo. Al holandés le dijo Rajoy lo que en su investidura había proclamado solemnemente que nunca haría: escudarse en "la herencia recibida" para justificar sus decisiones. "Ahora viene lo más duro, pero es que nos dejan una herencia muy complicada...". Las palabras grabadas no desvelan ninguna estrategia secreta, aunque sorprende la gestualidad que las acompaña, abundante en sonrisas de autosatisfacción. Rajoy parece tener descontada la convocatoria de una huelga general. La última, la del 29 de septiembre de 2010, le pareció al PP una "puesta en escena un poco pactada" entre los sindicatos y el Gobierno de Zapatero. Esta vez no. Se diría que la reforma laboral en marcha va a ser tan dura que Rajoy ve

inevitable una huelga "como dios manda". Y presume de ello en la UE para que nadie piense que no está dispuesto a asumir las consecuencias de la doctrina de la austeridad. Ante el Consejo Europeo no hubo mención alguna a la posibilidad de relajar los plazos de cumplimiento del déficit, un objetivo que sí merecería sonrisas y felicitaciones.

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