Cartas de los lectores

30 de agosto

Referéndum ya
El domingo, unas 300 personas estuvimos manifestándonos en Jerez a favor del referéndum para decidir si hay que reformar o no la Constitución. Y es que ese eufemismo conocido como "techo del gasto" nos está sometiendo a todos al libre mercado: que cada uno se pague su sanidad, su escuela o su pensión. No se puede reformar la Constitución sin el consentimiento de la ciudadanía. Lo contrario es un golpe de Estado en toda regla. El PP y el PSOE están actuando en este asunto con nocturnidad y alevosía. No se quiere reformar la Constitución para crear empleo, reportar ingresos a las arcas públicas, asegurar la vivienda o la calidad de la enseñanza pública. Se pretende reformar para formalizar un inmenso trasvase de dinero público a manos privadas. El bien público y la dignidad de los ciudadanos es lo primero, por eso el referéndum es un derecho exigible. Democracia real ya.
Cristóbal Orellana González
Jerez (Cádiz)

Reducir gastos estúpidos, no los necesarios
Para reducir gastos no hace falta reformar la Constitución. Un Gobierno que se dice socialista y que alcanza el poder con el voto de la izquierda no puede doblegarse a los intereses de Merkel y Sarkozy para, con el apoyo del mayor partido de oposición –que además tiene muchas posibilidades de ganar las próximas elecciones–, hacer recortes en el gasto público. Todos sabemos a quiénes van a perjudicar estas medidas si la derecha neoliberal vuelve a gobernar en España. Un Gobierno de izquierdas debe poder hipotecarse para mantener y mejorar el bienestar de los ciudadanos en lo esencial: educación, Seguridad Social, vivienda, desarrollo regional, agua potable, asistencia social, actualización de las pensiones y superación de la pobreza. Lo que hay que reducir son los gastos estúpidos: estaciones de AVE muy poco utilizadas, aeropuertos fantasma, autopistas radiales que acaban vacías, parques temáticos ruinosos, televisiones autonómicas que sólo son panfletos partidistas, obras públicas faraónicas. Y también sobran ayuntamientos, diputaciones, consejerías y, posiblemente, algún ministerio. Para arreglar esto no hace falta reformar la Constitución.
José Enrique Muñoz Blanco
Madrid

Necesitamos una reforma electoral
Un célebre estratega dijo una vez "divide y vencerás", presunción que a lo largo de los años se ha demostrado cierta. Como el PSOE ha dejado de ser un partido que defiende los intereses de las clases menos favorecidas, a la izquierda se le ofrece un amplio abanico de posibilidades para hacer más cierta esta afirmación. Así, tendrá la posibilidad de no ir a votar, votar en blanco, votar nulo, votar a uno de los partidos minoritarios –que no lo serían con una Ley Electoral justa– o incluso crear pequeños partidos que no consigan los votos necesarios para tener representación en el Congreso.
El problema es que estas opciones serán las grandes aliadas de un partido que está en disposición de lograr mayoría absoluta sin haber presentado ni una sola propuesta al Gobierno en ocho años.

Miguel López Zoyo
Motril (Granada)

Prestaciones privadas en los hospitales públicos
La Administración está "pensando" introducir la atención de enfermos privados en centros sanitarios públicos. Explicaré mi desacuerdo hacia esta medida. En los años cincuenta, con 12 años, estuve ingresado como paciente quirúrgico en el Hospital Clínico y Provincial de Barcelona. Durante un mes vi cómo se me "colaban" los pacientes quirúrgicos ingresados en la "sala de distinguidos", a pesar de que mi intervención estaba ya programada. Más tarde, en los setenta, ya como médico en el Hospital Infantil de Vall d’Hebron, comprobé cómo en un sistema público más moderno y transparente ya no existían dos listas de espera. La propuesta que está pensando la Administración me parece un retorno a un pasado marcado por la falta de equidad. Además, esta práctica complica la actividad sanitaria, pues resulta difícil llevar a cabo un control independiente y estricto de dos listas de espera, y más si el centro también atiende a pacientes de mutuas. La confianza es una regla de oro en la calidad asistencial sanitaria. Después de 40 años como médico hospitalario en el sector público, veo en la política catalana cada día más amenazas que oportunidades de sostenibilidad.
Roger Bernat Landoni
Associació Catalana per la Defensa de la Sanitat Publica (FADSP)

Vehículos de playa en plena ciudad
Se han podido ver por Barcelona recientemente unos triciclos amarillos muy pequeños y feos que se alquilan para uso y disfrute de los turistas. No entraré en su aspecto playero y hortera, ni en la peligrosidad que representa alquilarlo a turistas sin ninguna experiencia, como si fueran una atracción de feria.
Mi queja es por los motores de explosión de estos vehículos, de muy baja calidad, que son una fuente de contaminación para todos los vecinos de las calles donde suelen entrar. Tal es la suciedad y contaminación que desprenden estos vehículos que estoy seguro de que por una razón o por otra se saltan la ITV porque la contaminación que sueltan es prácticamente tercermundista.
Albert Domenech
Barcelona

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