24/09/201123/09/2011

La guerra de los mundos
Aunque muchos trabajadores pretenden seguir en la inopia viviendo la fantasía de pertenecer a una consolidada clase media, la precariedad laboral, los ataques contra la enseñanza y la educación públicas y la destrucción de los logros conseguidos durante cien años de lucha obrera nos están ayudando a despertar de ese ensueño catatónico.
Puede que el personal tarde todavía un par de años en situarse en el escenario, pero la injusticia social irá torpedeando nuestras vidas aleatoriamente y nadie podrá sentirse a salvo en la jungla que se nos avecina. Los ricos nos llevan ventaja. Ellos sí que saben, con premeditación y mucha alevosía, que estamos inmersos en una durísima lucha de clases. Es la guerra entre los dos mundos: el suyo, de sus intereses, y el de todos los demás. ¡Cómo no iban a saberlo, si la han fabricado ellos! Y nos van ganando por goleada.
Ana Cuevas Pascual / Zaragoza

El Impuesto sobre el Patrimonio, una ayuda para todos
Ya ha visto la luz en el Congreso de los Diputados la recuperación del Impuesto del Patrimonio, que sólo afectará a aquellos contribuyentes que tengan una base imponible de 700.000 euros o más.
Ya me gustaría a mí pertenecer a ese colectivo de ricos y tener que pagar por este impuesto, pero soy un pensionista que agradece esta nueva medida, que resultará calderilla para muchos de ellos, pero sin embargo será un dinero que las comunidades autónomas podrán utilizar para evitar despidos de profesores, para no recortar los servicios sociales... En definitiva, ayudar a los más necesitados y a los parados.
En algún medio he leído que iba a servir de poco porque muchos ricos se buscan las mañas para no pagar; sin embargo, creo que debemos hacer este esfuerzo y conseguir que ayuden a recaudar esos mil millones de euros.
Ante esta medida, el Partido Popular se ha abstenido. Como siempre, tira la piedra y esconde la mano, ya que piensa utilizar dicho dinero, aunque esperemos que no sea para subirse los sueldos o contratar a más asesores millonarios.
Antonio Gamallo
Madrid

La realidad es tozuda y el informe PISA, más todavía
No hace falta ser de los más viejos del lugar para acordarse de la política educativa que llevó a cabo el Gobierno de José María Aznar en sus dos legislaturas.
Esperanza Aguirre y Pilar del Castillo fueron las dos ministras de Educación en los gobiernos de Aznar y su política se carecterizó por los recortes en becas y medios y la apuesta por la enseñanza concertada (confesional, por supuesto).

En este periodo, gracias a la mayoría absoluta del Partido Popular, se aprobaron dos leyes educativas de calado: la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE), que afectaba a la Educación Secundaria y que incluía, por ejemplo, la obligatoriedad de la Religión, y la LOU, que modificaba la política universitaria apostando una vez más por la enseñanza privada e ideologizada.
Pues bien, han pasado más de diez años y la receta del Partido Popular para la educación sigue siendo la misma: recortes, segregación, escuela concertada, apoyo a la Religión frente a Educación para la Ciudadanía, imposición del castellano frente al resto de lenguas autonómicas, etcétera.
En estos momento de crisis, parece que todas la reformas se pueden hacer envolviéndolas con el papel del ahorro, pero la realidad es tozuda y el informe PISA más todavía: a más inversión, mejores resultados.
José María García Diago
Barcience (Toledo)

Los deberes no cumplidos en los derechos de los discapacitados
Como persona con discapacidad
–tetraplejia–, leo con esperanza e ilusión la noticia referente a la amonestación de la ONU a España para que cumpla sus compromisos en materia de discapacidad, en concreto en relación a lo estipulado en la Convención sobre los Derechos de los Discapacitados. Esperanza, porque arroja luz sobre una realidad palpable. Resulta, por ejemplo, incomprensible que mediante una ley ómnibus se pretenda adaptar la legislación española en materia de discapacidad a la convención sin tocar leyes claves como la Ley de Autonomía Personal, que sigue fomentando la exclusión social del discapacitado; casos de discriminación de jóvenes a los que se les obliga a tomar una escolarización especial aparecen en prensa con demasiada frecuencia; la asignatura de la accesibilidad universal siempre pendiente, etcétera. E ilusión, porque el toque de atención sirva para reconducir las cosas y porque ha venido de la mano de la intervención de la asociación española SOLCOM. Ya va siendo hora de que el asociacionismo sea reivindicativo.
Miguel Rueda Brenes

El Toro de la Vega
y otros festejos crueles
Quiero hacer una pregunta a los dirigentes responsables de la permanencia de estos festejos. No hace falta insistir, como ya lo hemos hecho miles de ciudadanos, sobre la crueldad gratuita en estos actos, pero quiero preguntar qué tenemos que hacer para canalizar nuestra indignación. Hemos recogido firmas, escrito centenares de cartas a dirigentes, a la Unesco... Hemos hecho manifestaciones. Y nada.
Estamos hablando del gran sufrimiento que nos provoca el hecho de estas torturas injustificables. La tradición no es una justificación. Esto es un atentado a los animales y también un atentado a los ciudadanos que quedamos destrozados ante estos hechos. ¿Quién nos protege?
Lali Llobet Sales