Cartas de los lectores

9 de noviembre

Las intenciones Rubalcaba y Rajoy
Lamento que no se haya entendido la intención pedagógica de Ru-balcaba en el debate, intentando que el candidato del PP explicara su programa electoral. Después de ver cómo una vez más Rajoy no ha dado explicaciones ni razonamientos a las preguntas de Rubalcaba, quiero agradecer la generosidad del candidato del PSOE al presentarse a unas elecciones nacionales sin bajar los brazos, sin dejar de explicar el porqué y el para qué y cediendo su tiempo televisivo a desenmascarar lo que ya es evidente.
Rajoy no estaba cuando le prepararon el programa electoral y durante el debate pidió el voto a aquellos ciudadanos que se comportan como autómatas ante las urnas. Además demostró que poco o nada le importa lo que se diga por escrito, sino "lo que se espera que haga por ellos". Quiero darle las gracias a Rubalcaba por arrancarle a Rajoy algunas perlas a tener en cuenta más adelante.
Mª José Izquierdo Borao / Teruel

La flexibilidad que se pide a los trabajadores y no a los políticos
La situación por la que está pasando el país es como vivir en el mundo al revés. En una entrevista para camarero seguramente te pidan experiencia, inglés, un horario de 12 horas cotizando cuatro y un salario irrisorio. De lunes a domingo. ¿Vacaciones?, depende.
Eso sí, para ser presidente del Gobierno cualquier cosa vale, lo comprobamos en el debate. Dos hombres que en un momento dado parecieron dos chiquillos a ver quién tiene más estampitas de fútbol, en este caso, quién visita y conoce más pueblos de España. Rajoy manifestó conocer Cádiz y sus pueblos, como Cazalla y Constantina, municipios que cualquiera que conozca un poco el sur sabe que son de la provincia de Sevilla.
Esto demuestra que para ser presidente basta con tener algo de labia, saber disimular y saber esquivar lo que no se quiere contar. Si se mete la pata no pasa nada, el despido en este país es sólo flexible para los trabajadores y trabajadoras, no para los políticos.
Gema Anguera Garrochena
Sevilla

Tras las políticas de derechas, gobernará la auténtica derecha
Si dios quiere, como diría Mariano Rajoy, y si dios no lo remedia, como digo yo, la derecha más retrógrada de Europa (Partido Popular), con el apoyo del sector más reaccionario de la Santa Madre Iglesia, será la que, con mayoría absoluta, mandará en este país a partir del próximo 20 de noviembre.
Esta situación se produce, principalmente, por el desengaño del ciudadano ante las políticas reaccionarias de gobiernos que se autoproclamaban de izquierdas para luego hacer políticas de derechas. Y es natural que esto ocurra: el ciudadano se cabrea al sentirse engañado, otra vez, por la mala utilización de su voto.
El problema surge cuando, después de cambiar el voto a cualquiera de las otras opciones que consideras de izquierdas, pero con escasas posibilidades de gobernar, o, simplemente, no votas, te encuentras con el efecto boomerang: has conseguido echar a la derecha camuflada y te encuentras con la auténtica.
La de verdad. Una derecha como Dios manda.

José Enrique Muñoz Blanco
Madrid

El cara a cara no aportó confianza a los ciudadanos
Televisado ya el debate a dos, a base de monólogos encorsetados de uno y preguntas acusadoras del otro, no nos queda más que esperar la pronta llegada de las elecciones para que se ¿despeje? la incógnita de cuál será nuestro futuro presidente.
Las continuas divagaciones y las manidas palabras demostraron por enésima vez la talla política de ambos, así como la firme convicción en sus programas. No obstante sus serias promesas de trabajar duro y de librarnos de todos los males, se detecta en el ambiente que no terminan de dejar del todo tranquilo al personal. Y es que, a pesar de tantos años de democracia, la confianza del ciudadano en su clase política ha ido cayendo en picado.
Miguel Sánchez Trasobares
Zaragoza

¿Y por qué no se devalúa
el euro?
Es notorio el guirigay de los economistas. Unos dicen una cosa; otros la contraria; y otros una cosa y su contraria; según sean sus ideas políticas y/o creencias; e incluso difieren los que, teniendo las mismas creencias, se han licenciado con los jesuitas de Esade o Icade , o con los opusdeístas de IESE.
Sin embargo, en una idea coinciden todos: la panacea para curar los males de una economía con problemas para pagar su deuda pública es la devaluación de su moneda.
Y, ahora la pregunta del millón: ¿por qué no se devalúa el euro?
Si el 4 de febrero de 202 pagué las libras esterlinas a 1,56 euros, y el 31 de octubre de 2011 las he pagado a 1,12 euros, lo que representa una devaluación de la divisa británica del 28,3%; si el Banco de Suiza ha emitido un comunicado por el que le dice a los "mercados" que si el franco suizo supera un valor intervendrá –una forma eufemística de devaluar utilizando la "máquina de hacer billetes"–; si el Banco de Japón está interviniendo para devaluar el yen; si el dólar se ha devaluado casi un 20%; si el remimbi chino se alinea con el dólar cuando le conviene; parece que procede, vistos los problemas de la deuda pública en euros, una devaluación del euro, como preconizan todos los economistas. A lo mejor esta vez aciertan. Y si no aciertan es igual, no nos va a ir peor.
Rafael Calera
Los Cristianos (Tenerife)

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