Cartas de los lectores

18 de diciembre

Camps, persona «racanilla»
Podemos recorrer miles de establecimientos comerciales, miles de páginas web sobre consumo e informarnos sobre reclamaciones producidas en las transacciones ordinarias de compraventa, que encontraremos un simple denominador común: guardar siempre el ticket de compra para poder reclamar en caso de vicio oculto. Al parecer, Francisco Camps tiene un estatus diferente al del conjunto de los ciudadanos y, por tanto, jamás guarda sus tickets de compra. Resulta que tampoco guarda sus facturas (según la ley se debe emitir factura cuando los importes sean superiores a los 3.000 euros).
Pero cuando uno se queda realmente estupefacto es cuando escucha decir a su propio abogado defensor que el expresidente de la Generalitat valenciana es una "persona racanilla", ya que no conozco a ninguna que siendo avara pague todo al contado y no guarde ninguno de sus tickets o facturas.
Manuel Herrera Badia
Quartell (Valencia)

Cuidado que viene la CEOE con los recortes
La patronal ha dirigido su mirada hostil hacia el sector público. Hay que recualificar, reubicar o despedir a unos 900.000 funcionarios a los que ha calificado de personal no competitivo y sin funciones específicas. Los funcionarios no somos esos malhumorados con manguitos de los tiempos de Larra, somos trabajadores sujetos a productividad y cumplimiento de objetivos.
No obstante, el patrón de patrones debería haber reconocido el intrusismo en la Administración de personas para las que se han creado puestos de élite que permiten a algunos devolver favores que nada tenían que ver con el servicio público. Este hábito ha producido un sobredimensionamiento de los recursos humanos y falta de ética en el cumplimiento del deber con el incremento de casos de corrupción, fraude fiscal y malversación de fondos públicos. Médicos, técnicos, gestores, administradores, bomberos, profesores, policías y otros cuerpos especiales se encargan de realizar las competencias propias de su puesto de trabajo. Quisiera saber si para Rosell esto es no tener cualificación profesional específica.
Me gustaría pedir a Rajoy que ponga el cascabel al gato y haga el correspondiente desarrollo reglamentario del Estatuto de los Empleados Públicos respetando dos principios: igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y, a igual trabajo, igual salario en todas las administraciones. Este es un camino más justo, más respetuoso con unos trabajadores mileuristas y con contratos temporales en un amplísimo porcentaje.
Eugenia Bolaños
Madrid

Al final Joan Rosell va a tener razón...
El presidente de la CEOE tiene razón: sobran funcionarios, aunque quiero pensar que no se refiere a los médicos, maestros, policías, bomberos... (sería grotesco pensar que ellos están incluidos). Sobran los funcionarios de Justicia que no pueden ocupar sus mesas porque están llenas de miles de expedientes. Sobran los de las agencias de empleo que son incapaces de encontrar un puesto de trabajo para esos cinco millones de parados. Sobran los de la Agencia Tributaria que no pueden acabar con el fraude fiscal porque sus propios jefes se lo impiden.
¿En serio cree que los funcionarios son los causantes de la crisis europea y no los ladrones de guante blanco?

Faltan dirigentes dignos, incorruptos, falta vergüenza, honestidad y, sobre todo, lo que sobra es gente como usted, señor Rosell.
Alicia Cabañas Pastor
Funcionaria
Boadilla del Monte (Madrid)

El mundo en manos de los egoístas
El BCE y el FMI quieren que Grecia reduzca su salario mínimo de 751 euros a 450. Habrá que explicarles lo que quiere decir "mínimo". Porque a partir de cierto límite, lo que se hace llanamente es empujar a la gente hacia la mendicidad o la delincuencia. ¿Es lo que quieren? ¿Hasta dónde piensan apretar? ¿Cuánta gente más tiene que perder su casa o su trabajo?
Todo el mundo habla de deudas, pero esta crisis tiene poco que ver con los préstamos y mucho que ver con los intereses de usura: grandes para quien tiene poco y pequeños para el que tiene mucho. Después de todo, el egoísmo es el motor de la economía. ¿Pues qué mejor manera de garantizar el crecimiento que enriquecerme hasta el absurdo a costa de empobrecer a millones? ¿Hay algo más egoísta?
El problema es que esos egoístas gobiernan el mundo. No tienen reparos en hacer sus reivindicaciones: recortes en sanidad, en educación, en ayuda al Tercer Mundo, privatizar hasta el agua si hace falta, reducir el salario mínimo... Tiene su lógica (tenebrosa, pero lógica después de todo). "A los miserables del mundo ya no podemos sacarles nada porque no tienen ni para comer", vienen a decirnos, "de modo que sólo podemos seguir enriqueciéndonos si los que antes os considerabais clase media os empobrecéis un poco a mi favor". Y en eso estamos.
Pablo González Caballero
Madrid

Navidad, consumismo y crisis económica
Las noticias sobre los brotes verdes que nunca llegan y los recortes abusivos monopolizan las informaciones. Pero después de dar un paseo por la Fira de Santa Llúcia de Barcelona, que como cada año reúne en torno a la catedral del Mar caganers, pesebres, abetos y guirnaldas, cuesta creer que estemos viviendo la mayor debacle económica de los últimos tiempos.
Mareas humanas inundan las calles más céntricas de la ciudad alrededor de los puestos y las tiendas cargando con bolsas y paquetes, demostrando una vez más que la Navidad y la larga lista de la compra que la acompaña ya están aquí y no entienden de recesiones ni de burbujas inmobiliarias.
Lorena Márquez Nisa
Gavà (Barcelona)

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