Cartas de los lectores

5 de febrero

Un país irreconocible
Durante este apocalíptico comienzo de año, las propuestas, ideas y ocurrencias de miembros del nuevo Gobierno de España o de algunos líderes autonómicos nos obligan a rebobinar el cine de nuestra historia para intentar responder a la pregunta de quiénes somos, adónde vamos, y emerger así de un paisaje desolador y de una locura surrealista en la que se estrangulan economías y se asfixian ilusiones y valores. Necesitamos a muchos Émile Zola para hacer regresar la cordura, la justicia, el honor y la ética en el particular caso Dreyfus que está viviendo estos días el juez Garzón.
Necesitamos también energía para no refugiarnos en un individualismo de autoprotección. Y necesitamos cargarnos de valentía para no permitir que nos hagan regresar otra vez no sólo a los negros años del franquismo, sino a los siglos de la Inquisición en los que el ejercicio de la Justicia brillaba por su ausencia.
Carmen Mata Barreiro
Madrid

Salarios transparentes
Recientemente hemos conocido los salarios de nuestros representantes políticos, una muestra de transparencia que en general ha sido bien acogida por los ciudadanos. Sin embargo, en el sector privado resulta frecuente que los trabajadores no lleguen a conocer la cantidad que perciben sus directivos por salario, dietas, representaciones y tantos otros conceptos.
Pienso que en la situación actual donde tantísimos trabajadores con sueldos alrededor de los mil euros tienen que realizar sacrificios tan importantes, no vendría mal que estas empresas imitaran a los políticos y ofrecieran una mayor transparencia que pueda justificar con mayor claridad los ajustes que se le exigen a los trabajadores. Por este motivo, soy partidario de no pactar la congelación salarial o una subida tan raquítica en aquellas empresas
que no efectúen este ejercicio de transparencia.
Plácido Cabrera Ibáñez
Jaén

Los nietos de la cal
He hallado la diferencia entre aplaudir la acusación al dictador chileno Pinochet y acusar al juez Garzón porque por el mismo procedimiento y argumento indaga en la injusticia franquista, la diferencia, es congénita. La tan alabada Transición dejó el cordón umbilical congelado, como símbolo metafórico de la perpetuidad de una "nostalgia" que aún tardará varias generaciones en disiparse. Mientras tanto, "los nietos de la cal" deberemos permanecer pacientes y en disposición de seguir recibiendo "collejazos caudilleros" por parte de quienes aún aplauden ese país que fue y sigue siendo.
Francisco García Castro

Estepona (Málaga)

Juicio al Tribunal Supremo
Entre todas las incertidumbres que planean sobre el juicio a Garzón hay una que me inquieta sobremanera: ¿realmente piensan sus señorías que lo que está en juego es un veredicto de culpabilidad o inocencia del juez? ¿Pueden los magistrados del más Alto Tribunal ser tan ingenuos como para no darse cuenta de que el veredicto que emitan sólo sentenciará el grado de rectitud o iniquidad del propio Tribunal Supremo?
¿Ignoran, acaso, que en todo el mundo el juez Garzón es conocido por sus muchas contribuciones a la Justicia, allí donde otros jueces, como los que hoy le juzgan, nada hicieron? ¿Creen que pasa desapercibido, a los ojos del mundo entero, el torticero procesamiento al que le han sometido, con acumulación de causas y su consiguiente contaminación de jueces, con connivencias entre instructor y acusación, detalles todos ellos que no hacen más que evidenciar la animosidad de los magistrados contra Garzón, sea por envidia o por identificación ideológica con los investigados? Es difícil pensar que desconocen esta realidad, aireada con escándalo por los principales periódicos del mundo, pero de lo que no me cabe duda es de que en lugar del caso Garzón es mucho más propio hablar de caso Supremo, pues es este tribunal el auténtico
encausado.
Raúl Gómez Sánchez
Arce (Cantabria)

Demasiados frentes abiertos
A esa extraña pareja de baile del presidente galo y la canciller alemana –tanto monta, monta tanto– se les acumulan los problemas. Nadie duda del interés por enderezar el timón de la nave europea que ellos indiscutiblemente conducen, pero, hasta ahora, la tarea está siendo complicada.
Porque, crisis mundial aparte, en el frente de nuestro vecino luso se ha reavivado el incendio tras la salida de los grandes inversores y, en el nuestro, la previsión de crecimiento es mala yendo la cifra de paro en ascenso. Mucho peor es el horizonte griego donde hay serio riesgo de quiebra y, la posible salida del país heleno de la Unión Europea, bien podría tener unas consecuencias tremendas para el resto. Y es que –ante el inexorable paso del tiempo y el tibio panorama europeo actual– cada vez les resulta más crudo a ambos líderes cumplir los objetivos de déficit propuestos.
Asun Sánchez Ramos
Zaragoza

Fe de errores
El pasado viernes, Público informó de los resultados obtenidos por la naviera estadounidense Royal Caribbean, a la que se atribuyó la propiedad del crucero Costa Concordia, siniestrado frente a las costas de Italia. El citado crucero pertenece a Costa Cruise Lines, filial de Carnival Corporation. No existe relación alguna del Costa Concordia con Royal Caribbean salvo el hecho de que, como a todo el sector de cruceros, el siniestro ha afectado a las reservas del primer trimestre, situación que esperan que vaya desapareciendo a lo largo del año.

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