Cartas de los lectores

11 de febrero

Sentido común ante la crisis
En estos días de terrorismo económico, casi nadie está utilizando el sentido común. Cuando el aumento del interés de la deuda soberana de un país obliga a refinanciar la deuda a corto o medio plazo, lo que tiene lugar es un proceso encubierto de colonialismo económico mediante la creación de una impagable deuda externa. Vivimos una epidemia de indignidad con los estados acudiendo a lo peor de los especuladores financieros con tal de ingresar algo de dinero en sus arcas. En su infinita sabiduría, nuestros gobernantes no sólo aceptan el interés de usura que les exige el prestamista, sino también sus recetas recaudatorias, por insolidarias y antidemocráticas que sean. Por eso a mí el sentido común me dice que los recortes no se detendrán ahí. Ya están recortando la democracia y la soberanía nacional ante los tímidos silbidos de unos pocos. Lo siguiente serán el Estado de derecho y el del bienestar. ¿Y todo por qué? Por dinero.
Pablo González Caballero
Madrid

Monterde niega haber paralizado la causa de la ‘Gürtel’
Al amparo de la LO 2/48, de 26 de marzo, reguladora del derecho de rectificación y disposiciones concordantes, rectifico la información calumniosa difundida en este diario con fecha 06-02-2012 en el artículo titulado Los cazadores de Garzón donde, por lo que a mí respecta, tras diferentes consideraciones, unas ciertas y otras inexactas, se llega a afirmar: "El caso [Gürtel] lo conoce de cerca: fue el instructor cuando llegó al Supremo por los aforados Luis Bárcenas y Jesús Merino y lo tuvo meses paralizado, hasta que volvió al Alto Tribunal de Madrid". La paralización que se me atribuye es absolutamente incierta pues, como consta en la causa y se podrá confirmar, trabajé desde el primer día en la investigación, coordinado eficazmente con los tres fiscales del Tribunal Supremo y los policías del Grupo Antiblanqueo del CNP adscritos al caso. Es evidente, y ustedes lo deben saber, que la causa no sólo era secreta por la fase de instrucción en que se encontraba y por las delicadas diligencias que habían de practicarse en España y en el extranjero –que no puedo desvelar, pero que están al alcance del Servicio de Inspección del CGPJ–, sino porque así estaba declarada por el instructor del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que investigaba en paralelo al resto de los implicados.
Trascendió a la opinión pública, por ser inevitable que participaran las defensas de los aludidos, la toma de declaración de los dos investigados, pero ello no fue sino un episodio de las diarias actuaciones llevadas a cabo puntualmente por este instructor, a pesar de no poder contar con dedicación exclusiva, hasta que, por renunciar aquellos a su condición de parlamentarios, y por lo tanto a su fuero, perdí la competencia, procediendo a enviar los cientos de folios de las actuaciones por mí instruidas al TSJ de Madrid el cual, según se ha publicado, ha procedido al sobreseimiento de la causa en lo referente a los citados. Lo que es intolerable es que me atribuyan gratuitamente lo que resulta tipificable en un delito de prevaricación por retardo malicioso en la administración de la Justicia, que, jamás en mis 38 años de ejercicio, he cometido. Por ello, insto a la necesaria rectificación, reservándome, en todo caso, el ejercicio de las acciones civiles y penales que me correspondan.
Francisco Monterde Ferrer

Magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo

El linchamiento a Baltasar Garzón
El acoso a Baltasar Garzón ha reflejado el alto grado de inmoralidad y falta de ética de quienes hoy tienen en sus manos reconducir la decadencia de nuestra sociedad. ¿Acaso es justo matar al mensajero e indultar a quien lo mata? Porque este es el tema de fondo en los juicios contra el magistrado: perdonar por un lado a quienes en nombre de las instituciones del Estado han dejado sus arcas vacías con la Gürtel, del mismo modo en lo referente a las exhumaciones del franquismo, parte fundamental de nuestra propia memoria histórica. Seguro que a muchos ciudadanos les surge la pregunta sobre cuál es el papel de la Justicia, al igual que les sucederá a los propios agentes de Policía que han dedicado horas, días y meses a poner a disposición de los jueces a quienes han trasgredido la ley. Parece ser más rentable para algunos saltarse las reglas, porque es más barato pagar las fianzas y hacerse millonarios, lo vemos reflejado en los múltiples casos de corrupción, que ya llenan tantas páginas como la prensa rosa, lo peor es que quienes intentan hacerles frente y cambiar la legislación existente son lapidados sin defensa alguna.
Luis Enrique Dorado
Madrid

Los crímenes no deben prescribir
El juicio contra el juez Garzón por investigar los crímenes del franquismo es un juicio paralelo también contra los familiares de las víctimas del franquismo y es más doloroso aún para ellos al ver que los descendientes ideológicos de los que fusilaron a sus padres y abuelos son los mismos que se han querellado contra el juez por investigar dónde están enterradas las víctimas. ¿Algún tribunal de justicia del mundo que se considere democrático y de derecho puede aceptar que nuestra Justicia tramite una querella contra Baltasar Garzón presentada por los descendientes ideológicos de los que cometieron dichos crímenes en nuestro país? Para los que vivimos aquellos años en Extremadura en la época en que la vida de un ser humano valía menos que la de un conejo y los cazadores eran los falangistas, el juicio contra Baltasar Garzón nos parece el error más grande que puede cometer el Tribunal Supremo de nuestro Estado de derecho.
Joaquín García Mayo
Getafe (Madrid)

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