Cartas de los lectores

9 de agosto

Cambio
Un sueño claro y recurrente, cuando lo habitual es que sean confusos y borrosos, me dice que Galicia superará pronto su grave situación económica llegando a ser una tierra próspera y eficiente. Pese a ello, algunos obreros de la construcción han emigrado estos días a Francia, víctimas de la crisis que nos afecta. Van como temporeros a hacer la vendimia y de paso a traerse unos miles de euros, o tal vez a quedarse no se sabe por cuanto tiempo en el país.
Todos soñamos alguna vez. Es a partir de un sueño donde se produce la utopía, y esta nos va a servir, a su vez, de horizonte para realizar nuestros proyectos más ambiciosos. Traicionarlos o no depende de nosotros mismos.
Por convicción he votado al Partido Socialista muchas veces. Nada he pedido a cambio; nada debo por lo tanto, y ello me permite opinar desde la imparcialidad. Como gallego, e hijo de gallegos, me duele profundamente que después de la llegada del socialismo a nuestra tierra, Galicia siga siendo el feudo de unos cuantos, una región sometida al aislamiento centralista y, quién sabe, si abocada a una próxima etapa de emigración como suministro de mano de obra barata.
Sin duda, a las personas se les siguen negando algunos derechos básicos, entre ellos un techo. No parece que hayamos logrado, pues, un mecanismo democrático que permita garantizar el acceso de todos a ese derecho. Una grave carencia social nos afecta, y ello no admite posibles demoras.
Ante un Gobierno regional más preocupado en las florituras, sobre todo verbales, que en una política social coherente, cuando el barco se hunde los enredos dialécticos carecen de valor: somos los demás los que tenemos que guardar la ropa, prescindiendo de discusiones estériles, que nos hipotecarán más, o al final nos ahogaremos todos.
Esta circunstancia nos invita a reflexionar apostando por un cambio del que dependerá sin duda la realidad del mañana. También la de nuestros hijos.
Luis Enrique Veiga Rodríguez / A Coruña

Bombillas de bajo consumo
De acuerdo con las nuevas normas del Ministerio de Industria, pondré en mi casa una bombilla de bajo consumo que, según parece, obtendremos los españoles a través de un vale que vendrá en el recibo de la luz y que podremos canjear en una tienda del ramo. Esto que, en principio, puede parecer una tontería, creo que no lo es: el coste de una bombilla por recibo de luz será muy elevado, pero con ello colaboraremos en un futuro a reducir el gasto del consumo. Aparte, reduciré la velocidad en un 20% y limitaré la temperatura de mi casa en cuanto a calefacción y aire acondicionado.
Se me ocurre pensar, ¿y si las bombillas de bajo consumo las emplearan también los clubs de fútbol en sus partidos nocturnos?. Y, por otra parte, ¿se ha calculado lo que ahorraríamos si estos partidos se celebraran a la luz del día? ¿O esta medida es intocable? En mi casa pondré más de una bombilla de bajo consumo.

José Serrahima Elías / Sant Cugat del Vallés (Barcelona)

Expertos en crisis
Que a estas alturas alguien se cuestione que la situación económica mundial sea de una severa crisis es como el que niega la existencia de la ley de la gravedad.
Eso sí, búsqueda de culpables y especulaciones sobre la responsabilidad del Gobierno tenemos para encuadernar una enciclopedia, cuando tal vez sea más sencillo mirar al otro lado del Atlántico y preguntarse al respecto de los efectos de la invasión de Irak en el precio del crudo o los efectos de las hipotecas fantásticas que por allí se concedieron.
En nuestro país tenemos muchos expertos en solucionar crisis económicas, casualmente todos ellos de la derecha populista. Dicen que conocen las soluciones, como Asterix parece que conocen la receta de la poción mágica, que el gobierno socialista no sabe como afrontar la situación y que si ellos estuvieran gobernando los efectos serían menores. Pero algunos ciudadanos tenemos memoria para recordar que el PP nunca ha tenido que afrontar una crisis gobernando. Así que ahora me gustaría ver sus currículums en los que tal vez deba constar su experiencia en crear burbujas inmobiliarias, frente a la experiencia en solucionar crisis que absurdamente argumentan.
Vicente Sepulcre / Valencia

Vacaciones
La secretaria general del Partido Popular no sabe dónde está el Gobierno ni cuándo estará. Es de suponer que unos ministros estarán en sus despachos y otros de vacaciones. Celestino Corbacho, por ejemplo, se encuentra en Pekín por lo de las Olimpiadas y Carmen Chacón interrumpió sus vacaciones para recorrer los incendios de Zaragoza y Segovia.
La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, estará preparando las cuentas de sus viajes por el extranjero para demostrar al Partido Polupar que el Gobierno es austero. Es que el Partido Popular es muy austero. Por eso el presidente de la Genaralitat valenciana ha aumentado los altos cargos en 319 y el gasto en 12,6 millones de euros. Todo eso con dinero público en tiempos de crisis.
Los ministros, como el resto de los españoles, tienen la costumbre de veranear unos días si sus obligaciones se lo permiten, si no surge un imprevisto. En realidad, el cargo de ministro tendría que ser de dedicación completa. De lo contrario, se podría pensar que el país no necesita un Gobierno. Si la oposición guardase vacaciones, al menos el Gobierno podría trabajar tranquilo.
Antonio Nadal Pería / Zaragoza

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