Cartas de los lectores

26 de septiembre de 2007

Los ninguneados

Aprovecho el paradójico vacío de esta sección reservada al lector avisado para congratularme y saludar desde aquí a todos mis compañeros de tintero y recordarles a todos la frase de Mark Twain en la que confesó con su proverbial modestia: "Habiendo fracasado en todos los oficios, decidí hacerme periodista".

Creo que encontrarán mi humilde columna bajo un epígrafe difícil de olvidar y espero equivocarme lo suficiente para que los lectores, los nadies, los ningunos, los ninguneados, los requetejodidos, los que no son seres humanos sino recursos humanos y aquellos que, como dijo Liliana Felipe, cuestan menos que la bala que los mata, puedan encontrar su dignidad en sus preguntas y en nuestras respuestas.
TONINO

Larga vida a (lo) ‘Público’

No tiene sentido escribir una carta a un diario sin haber leído la publicación correspondiente, pero yo ya he leído algo: el nombre del periódico, y no es poco. En estos tiempos de privatizaciones salvajes (algunos buitres quieren incluso cobrar un canon por el préstamo de libros en las bibliotecas), que un diario se llame Público (sin artículo, pensando tanto en lo público como en el publico) es una buena elección y un buen augurio.

Ojalá los responsables del periódico estén a la altura de esa elección y los resultados confirmen ese augurio.
CARLO FRABETTI

Una buena sacudida

Queridos compañeros, Público en general: supongo que de lo que se trata es de dar ánimos, pero me gustaría sobre todo espolearos, avivaros, incitaros, estimularos para que hagáis algo más, mucho más que sacar adelante un periódico nuevo: quiero que nos sacudáis a todos, que nos arranquéis del muermo. Me gustaría pensar que, por primera vez en mucho tiempo, no voy a abrir un periódico sabiendo lo que allí me voy a encontrar, lo que desde él me van a decir. Que la actualidad no estará interesadamente escogida y genéticamente manipulada como esas frutas clónicas, lustrosas e insípidas que llenan las banastas.

No os acomodéis: incomodad. Suerte.
EVA ORÚE

Salutación a la ciencia

Manifiestos, escritos, comentarios, discursos... De todo, incluso neblinas estampadas, he leído sobre este periódico, pero sólo un hecho me ha conmovido: tendrá seis páginas dedicadas a la ciencia. "Es que yo soy de letras". "En matemáticas, llego hasta el IVA y con calculadora". "¿Por qué no se cae la Luna o se suceden las estaciones anualmente? Ni idea: la verdad es que no sé cómo aprobé el bachillerato". Y encima lo decimos riéndonos.

"¿La Revolución Francesa, Dante, Beethoven, Tiziano?" Si sobre esto tuviéramos que declarar nuestra ignorancia nos sonrojaríamos. Así pues, hay que saludar cualquier esfuerzo que se haga para que la cultura científica popular aumente. Lo cual no se queda sólo, ni de lejos, en completar lagunas formativas, sino que el asunto llegará, si no lo está ya, a conformarse como pilar básico de la democracia.

La especie humana ha conseguido, gracias a la ciencia, cimas de bienestar y esperanza insospechadas, pero también aberraciones, desde la posibilidad de obtener bebés de diseño hasta la propia autodestrucción como especie. Y la que se nos viene encima con la globalización del conocimiento es aún mayor.

No podemos dejar en manos de líderes religiosos, mediáticos o políticos la toma de decisiones en torno a las consecuencias de la ciencia y la tecnología sin que tengan en cuentan nuestra opinión, la del público general. Pero para eso tenemos que formarnos esa opinión. Sean bienvenidas con alborozo las seis páginas de ciencia de este nuevo periódico que, sin duda, ayudarán a ello.
MANUEL LOZANO LEYVA

La primera vez

Mi trayectoria profesional comenzó rodeada de nacimientos: periódicos, revistas, nuevas radios, televisiones privadas, programaciones distintas, nuevos géneros, equipos de investigación... Todo era la primera vez. Yo era posible y otro mundo, también. No imaginaba que volvería a participar en un parto.

La mirada ya no es la misma y, sin embargo, aporreo el teclado con más fuerza. Me alegra descubrir que en algún lugar de mi ADN llevo la furia de los que creen en que quedan caminos por abrir. Esto no es aventura de juventud (aunque aún gotee algo de inocencia), no es un nuevo camino para la ambición. Hay asuntos que se hacen por puro convencimiento. Desde este lugar, describiré el mundo. Gracias por contar conmigo.
MARTHA ZEIN

Una carta con cal...

Puesto que me piden una carta al diario, escribiré una carta al diario con cal, que decimos en Euskadi. Nada de enhorabuenas ni pijadillas de ésas.

Esta carta es para reclamar que, de una vez, los ayuntamientos instauren un servicio de recogida de cadáveres digno de ese nombre.

Los consistorios recogen las basuras sólidas, los envases y hasta los muebles sobrantes, pero no tienen nada previsto para recoger los cadáveres que se nos producen. Se te muere el abuelo y te hace la cusqui por partida doble, en el supuesto de que lo apreciaras. ¡3.000 euros como poco, así lo metas en un ataúd de pino de lo más discreto, sin cruz ni nada!
Quienes pensamos que, una vez que te has muerto tanto da dónde te dejen (siempre que no sea al alcance de determinados restaurantes especializados en el chop-chuey de cerdo), reclamamos un servicio de recogida de cadáveres apto para pobres.

¿Patria o muerte? ¡Ni patria ni muerte! Atentamente.
JAVIER ORTIZ

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