Cartas de los lectores

14 de marzo

Nosotras decidimos
Hace 25 años o más que tomé contacto, casi de forma involuntaria, con una asociación que trabajaba a favor de la despenalización del aborto. Nunca podré olvidar la angustiosa desesperación con la que mujeres de todas las edades y condiciones acudían a las organizaciones progresistas pidiendo orientación para poder interrumpir su embarazo. Nadie les preguntaba sus razones ni se hacía ninguna objeción en base a su clase social, religión o ideología.
Estas mujeres, como millones de muchas otras desde el principio de los tiempos, habían tomado una decisión que, independientemente de toda la metafísica que se le quiera dar al asunto, van a llevar a cabo con condiciones o sin ellas. Multitud de mujeres han muerto o han sufrido daños graves al abortar clandestinamente. Algunos –esos a los que su religión o su moral les otorga supremacía sobre sus semejantes pecadores– pensarán que se lo tienen bien merecido.
Bastante menos compasivos que su propio dios, las quieren castigar, no sólo con el riesgo de una intervención precaria, sino metiéndolas en la cárcel por su supuesto crimen. Pero, curiosamente, cuando el problema afecta a sus hijas o a sus parejas, muchos de ellos se decantan por darle una solución quirúrgica y discreta al asunto. De cualquier manera, no es mi intención abrir un debate ético sobre la cuestión. Opino que lo importante es proporcionar la seguridad médica y legal a quienes han tomado la determinación. Porque, incomode a quien incomode, mientras seamos las mujeres las que tengamos que gestar un embarazo, seguiremos siendo nosotras quienes decidamos llevarlo adelante o no. Y ninguna penalización o excomunión es amenaza suficiente para cambiar este hecho.
Ana Cuevas/Zaragoza

¿Igualdad de oportunidades?
Ando estos días inmerso en el proceso de visitas a centros públicos de educación secundaria durante las jornadas de puertas abiertas de los mismos. Durante mi visita a tres centros ubicados en la misma área de influencia (¿ejemplo de coordinación entre centros? ¿competencia entre ellos?),
he constatado acusadas diferencias en recursos humanos y materiales entre unos y otros institutos.
Me parece gravísimo que existan tales diferencias entre centros de la misma red pública. Es un atentado al principio de igualdad de oportunidades, que afecta directamente a quienes todavía no han tenido ocasión de
desperdiciarlo: los niños. Y, como tal, supone una incidencia de consecuencias imprevisibles en el tejido social. Todo ello ante la indiferencia de los gestores públicos.
Jesús Veigas /Badalona

Más dinero para el FMI

Los ministros de Economía de la Unión Europea van a proponer aumentar hasta 400.000 millones de euros los recursos del Fondo Monetario Internacional, es decir, que los ciudadanos paguemos más al FMI. Esta institución, que cuenta con unos 2.600 funcionarios, no anticipó la crisis que vivimos, por lo que ha
servido para poco.
Me pregunto cómo es posible que se regale el dinero de los contribuyentes tan alegremente y, en cambio, en España, el PP ande racaneando puestos de médicos, policías, jueces, empleados públicos, en suma, a los que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, llama fomentadores de la corrupción y de la miseria.
Arturo Artiz Rodríguez/Las Rozas de Madrid (Madrid)

Desmemoria histórica
Tristeza es el sentimiento que transmite el rechazo del senado a la propuesta de reforma de la Ley de la Memoria Histórica, con la que se pretendía que fuese el Gobierno quien asumiese la responsabilidad de la localización, exhumación e identificación de víctimas de la Guerra Civil, puesto que, visto lo visto, con las competencias transferidas a las distintas autonomías, parece que vamos a ser muchos los descendientes de estas víctimas que continuemos sin poder cerrar este negro episodio de la vida de nuestras familias.
Otro golpe más, otro castigo más a las pretensiones de los herederos de quienes defendieron con su vida los derechos, la libertad y los valores que hoy, afortunadamente, rigen en nuestro sistema democrático. No se preocupen sus señorías senadores, pueden votar en contra de nuestros derechos tantas veces como les plazca, que no desfalleceremos en nuestro empeño de, algún día, vencer su empecinada desmemoria histórica.
Vicente Sepulcre/Valencia

No dimite
Solbes ha afirmado que se siente cómodo y satisfecho como ministro de Economía y no piensa dimitir, para decepción del PP. Este partido persigue la dimisión de todo el que sea socialista, a ver si así gana las próximas elecciones generales. Lo intentaron insistentemente con Magdalena Álvarez y ahora con Solbes, pero con ellos han pinchado en hueso. Lo consiguieron con el ex ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, y también persiguen a Garzón.
Bermejo dijo poco antes de presentar su dimisión que no dimitía porque estaba trabajando por el país. Lo diría en caliente. Solbes, más frío, es más difícil de roer, y ya tiene mérito que se sienta cómodo y satisfecho en su puesto, con la que está cayendo.
El PP se puede quedar sin dientes de tanto morder en duro. Le viene muy bien a este partido la crisis económica por la que atraviesa el mundo, porque, en estos casos, la oposición parece tener la clave para resolver los problemas, ya que quien gobierna no lo consigue a corto plazo. Que en los países más ricos la crisis sea más grave le trae sin cuidado al PP con tal de no apoyar al Gobierno.
Antonio Nadal /Zaragoza

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