Cartas de los lectores

30 de octubre

Caja Madrid
Ante el espectáculo que está dando el PP por Caja Madrid, me asaltan varias dudas: ¿es para que nuestro alcalde o nuestra presidenta puedan pagar el endeudamiento del Ayuntamiento o el de la Comunidad? ¿O es por la lucha entre Gallardón y Aguirre para desbancar a Rajoy y hacerse con el poder del PP? Señor Rajoy, la táctica del avestruz no le beneficia. A este paso le veo de registrador de la propiedad en Santa Pola. Si no puede gobernar su partido, ¿cómo aspira a gobernar España?
Guillermo Sánchez Ludeña / Madrid

De guante blanco
Se es implacable con los delincuentes callejeros, pero ¿qué pasa con el honorable señor Millet, felizmente en casa? O con Julián Muñoz, que ha cumplido con la justicia con dos añitos en la cárcel. Por no hablar de los implicados en las decenas de escándalos: Roldán, Gescartera, trama Gürtel, operación Malaya, Mario Conde, Afinsa... delincuentes con todas las letras. No matan a nadie, no utilizan la violencia, pero destrozan la democracia.
Favorecen la llegada de mafias que arruinan a la clase media con la especulación inmobiliaria. Y ninguno pasa más de dos años en la cárcel. ¿Se pide el cumplimiento íntegro de penas? No. ¿Endurecimiento? Ni se plantea. Los perjudicados por leyes más severas serían muchos políticos y empresarios de gomina y traje. Ahora entiendo las palabras del biólogo Garret
Hardin: la ruina es el destino hacia el cual todos los hombres se precipitan.
Emilio Iglesias Delgado / Sevilla

Doble rasero
Simpatizantes del PP se lanzaron a la calle para denunciar a un "Zapatero cómplice de ETA"... y hoy el PP gobierna con el PSOE en el País Vasco. Esos mismos se manifestaron contra el matrimonio homosexual y pocos meses después también hay dirigentes del PP que pública y aceptadamente celebran esas uniones. Se echan a la calle para prohibir que "las madres maten a sus hijos" encabezados por Aznar, que cuando gobernó permitió más de 500.000 abortos.
¿Tienen esos manifestantes un mínimo de sensatez o vergüenza?
Luis Serrano Rubio / Madrid

Discriminación

El lugar donde me desarrollo personal y laboralmente es la universidad, donde se deben inculcar valores democráticos.
Con el proceso de Bolonia, en las reuniones de los diferentes departamentos, a la hora de elegir a un/a secretario/a ocasional en la mesa, a veces se impone como castigo "ser el más joven". Esto debería ser tan inaceptable como poner de baremo cualquier otra discriminación (por ejemplo, sexual).
Es lógico que en la universidad haya una cierta jerarquía, como institución y empresa que es, pero en una
reunión en la que todos tenemos el mismo rango para opinar y decidir, que los propios compañeros diferencien en función de la edad hace un flaco favor a nuestra comunidad universitaria.
Así no avanzamos. Los países nórdicos son un ejemplo: allí están convencidos de que cada individuo, por el mero hecho de serlo, tiene el mismo valor que otro, no ya sólo porque lo ponga en una Constitución.
Alberto J. Álvarez Calero / Bormujos (Sevilla)

Nemat Safavi
En junio de 2009, según Stop Child Executions, 142 personas que supuestamente habían cometido delitos cuando eran menores de edad permanecían en las cárceles de Irán a la espera del cumplimiento de su condena a muerte.
Behnoud Shojaee, Safar Angooti y Nemat Safavi son los nombres de algunos de ellos. Iran Human Rights informó de que Behnoud Shojaee fue ejecutado el pasado 11 de octubre. Según la misma fuente, estaba previsto que Safar Angooti sufriera el mismo castigo el 21 de octubre, pero su ejecución ha sido pospuesta.
Hace unos días, la sospecha de que Nemat Safavi, condenado por el hecho de ser homosexual, vaya a encontrarse pronto en la misma situación ha movilizado en miles de foros a muchos internautas en una acción que se ha llamado Los jueves por Nemat Safavi.
La mayor parte de los gobiernos, exceptuando el noruego, y de los medios de comunicación colaboran con su silencio en esta deplorable carrera de muerte.
Nosotros, como ciudadanos del mundo llamado libre, podemos hacer lo mismo o dedicar unos minutos a salvar su vida.
Juan Carlos López Zamorano / Madrid

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