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La partícula de Europa

EL ELECTRÓN LIBRE // MANUEL LOZANO LEYVA

* Catedrático de Física atómica, molecular y nuclear en la Universidad de Sevilla

El mayor experimento científico de la historia está en marcha desde hoy. Se lleva a cabo en el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares, el CERN, en las cercanías de Ginebra. En un túnel circular de 27 kilómetros repleto de alta tecnología viajan dos haces de protones, los núcleos del átomo más abundante del universo, el hidrógeno, en sentido opuesto. Se les obligará a colisionar violentamente en varios puntos donde hay detectores inmensos que registrarán lo que suceda tras esos choques.

Centenares, miles de ingenieros y físicos se han afanado en mantener el enorme sistema a 270 grados bajo cero en un vacío interestelar, en procesar informáticamente una estremecedora cantidad de datos, en conseguir unas precisiones mecánicas inauditas hasta hoy, en domeñar todo el electromagnetismo conocido y en elaborar unas teorías que aúnan todo el conocimiento físico acumulado en el siglo XX.

Por su parte, el pueblo llano, fundamentalmente el europeo, ha contribuido con unos 20 euros al magno experimento. Seguramente cada contribuyente se sentirá orgulloso de su aportación cuando el LHC, que así se llama el artilugio con que se llevará a cabo el experimento, ofrezca los resultados que de él se esperan.

Dicen que se busca la partícula divina, reproducir la película de la creación o encontrar el lado oscuro del mundo. Son estupideces del calibre de la estupefacción que pretenden provocar. Los resultados del LHC pueden explicar algunos enigmas o, lo que es frecuente en ciencia, abrir muchos más de los que aclare.

Cuando esos avances tienen lugar en el extremo de una escala de energía jamás alcanzado, se explora la naturaleza en su intimidad más recóndita. Esta podrá presentarse en forma de nuevas partículas elementales, quizá sólo una. Pero ésa no será la partícula fruto de mística alguna, sino la nuestra, la de todos los que hemos contribuido a la proeza de su hallazgo. No será la partícula de Dios sino la partícula de Europa.

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