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Un museo para saber qué somos

ORÍGENES // JOSÉ MARÍA BERMÚDEZ DE CASTRO

*  Director del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana en Burgos

Desde hace algo más de un año se construye en Burgos el futuro Museo de la Evolución Humana (MEH), proyectado por el reputado arquitecto español Juan Navarro Baldeweg. Este Museo, verdadero centro de interpretación sobre nuestros orígenes, abrirá probablemente sus puertas en 2010. El MEH, lo mismo que el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), nació del impulso de los impresionantes descubrimientos realizados en la Sierra de Atapuerca. Hace un par de semanas se resolvió el concurso del proyecto que proporcionará los contenidos del MEH. Se inicia así el camino final hacia lo que será uno de los centros de interpretación sobre la evolución humana más importantes del mundo. El MEH, el CENIEH, la Fundación Atapuerca y otros proyectos arquitectónicos próximos a la Sierra de Atapuerca constituirán un conjunto cultural único en su género.

Los miles de visitantes que se acercarán sin duda a Burgos tendrán ya no solo la oportunidad de visitar los lugares donde se están realizando hallazgos trascendentales para descifrar toda la evolución humana de Europa, sino de comprender las claves biológicas y culturales de lo que hemos llamado procesos de hominización y humanización. El Museo intentará dimensionar al ser humano en su conjunto, de mostrar el azaroso y difícil camino que han seguido nuestros ancestros para llegar a ser lo que somos. Pero, sobre todo, tratará de explicar que el camino continúa y que cada vez somos más dueños de nuestro propio destino como especie. Por supuesto, el MEH contará con las técnicas más modernas para entretener a todos los que quieren conocer la historia de la humanidad, pero también para transmitir mensajes trascendentales. El visitante del MEH entenderá que la evolución no ha sido una secuencia lineal de especies en orden creciente de complejidad, sino un verdadero entramado de posibilidades evolutivas, sujetas al azar de un sin fin de circunstancias diversas. Algunas especies tuvieron éxito durante miles de años, pero su patrimonio genético fue incapaz de superar crisis ambientales y otros retos ecológicos.

Nuestra especie, única superviviente de un grupo de homínidos otrora rico en diversidad, ha llegado hasta la actualidad y se enfrenta a si misma en un dilema hamletiano del ser o no ser. El MEH debe ser un espejo en el que se miren los humanos que lo visiten, donde se potenciará la idea de autoconciencia de especie responsable del planeta y de todas las demás especies que la habitan. Esa debería ser la misión principal de un centro dedicado a explicar la evolución humana. La ciudad de Burgos tiene la oportunidad de dejar atrás un pasado conservador decimonónico, para convertirse en un centro transmisor de ideas fundamentales para el futuro de nuestra especie.

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