La ciencia es la única noticia

La otra noticia

EL JUEGO DE LA CIENCIA // CARLO FRABETTI

*Escritor y matemático

El pasado fin de semana tuve el privilegio de compartirlo con mis admirados colegas José María Bermúdez de Castro, Miguel Delibes de Castro y Manuel Lozano Leyva, y con los y las responsables de la sección de ciencias y opinión de Público. Hablamos, naturalmente, de divulgación científica, y en un momento dado Miguel (que ha heredado de su ilustre padre la rara habilidad de llamar a las cosas por su nombre) condensó la esencia de nuestra misión como divulgadores en una fórmula con la que todos nos identificamos inmediatamente: defensa de la racionalidad.

A primera vista podría parecer que plantearse la divulgación científica en esos términos "militantes" es irse por las ramas, pero en realidad es todo lo contrario. Porque las ramas, en todo caso, son los temas concretos que abordamos los divulgadores: el origen del hombre, la biodiversidad, la formación de las estrellas... El tronco es el propio método científico. Y la raíz del árbol de la ciencia es la racionalidad.

La actividad mental del ser humano se debate, como dijo Hölderlin, entre la reflexión y el mito. Durante mucho tiempo, el mito ha prevalecido sobre la reflexión, le ha puesto límites, incluso la ha perseguido; pero los filósofos de la antigua Grecia iniciaron (al menos en Occidente) un proceso imparable, que se consolidó en el siglo XVII con la eclosión de la ciencia en el actual sentido del término. Una parte importante de la humanidad apuesta hoy por la razón, por la racionalidad, y la racionalidad es enemiga de los dogmas, los infundios y las supercherías. Y también de los abusos. Porque la racionalidad desmonta cualquier pretensión de superioridad de unos países sobre otros, de unas etnias sobre otras, de un género sobre otro. La racionalidad no admite justificaciones como "Las guerras son inevitables" o "Siempre habrá ricos y pobres".

Por eso Marx intentó (aunque sólo lo consiguiera a medias) articular su propuesta de transformación del mundo alrededor del concepto de "socialismo científico". Y por eso, en un sentido a la vez radical y poético, la ciencia es la única noticia, como reza el epígrafe del blog de esta sección. Porque, como máxima expresión y máxima defensora de la racionalidad, propicia las demás noticias verdaderas, los verdaderos cambios. La única gran noticia que no depende (solo) de la ciencia es la voluntad de hacer que esos cambios beneficien a toda la humanidad y no exclusivamente a unos pocos, así como la lucha en la que esa voluntad se concreta. La otra noticia es la revolución.

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