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El fin de la inocencia

VIDA 3.0 // JUAN VARELA

* Director del blog ‘Periodistas21’

En internet ya estamos casi todos. Y las amenazas crecen. Cuando algo se hace tan grande y poderoso como para animar a tantos a escribir, a comunicar, a compartir, a alterar el orden rutinario de las cosas, los poderes de siempre y los abusos coinciden en dar ocasión a unos cuantos para ponerle cerco y tratar de gobernarlo. "Gobiernos del mundo industrial, no tenéis soberanía sobre nosotros" . La Declaración de Independencia del Ciberespacio [de John Perry Barlow, 1996, fuente de las citas de esta columna] se quiebra. Llega el fin de la inocencia. Una regla de oro regía el ciberespacio: "Trata a los demás como te gustaría ser tratado". Pero el negocio, la ambición y el poder la rasgan. "El espacio social global será independiente de las tiranías que buscáis imponer". Surgió como un espacio libre y compartido para la socialización de las ideas, la información y la tecnología. Pero cuando llega el dinero, la política viene detrás y las viejas leyes de propiedad acaban con la liberalidad del intercambio.

"El ciberespacio no está dentro de vuestras fronteras". Lo está. La neutralidad de la Red peligra con el vídeo como excusa. Viacom demanda a YouTube para no perder el canal de distribución. Cuando el derecho de cita y la pasión de los fans eran vídeos cortos no había problema. Al convertirse en plataforma de distribución y publicidad, la televisión y el cine defienden su negocio. "No conocéis nuestra cultura, nuestra ética, nuestros códigos". Ni les importa. Endurecen las leyes de propiedad intelectual y persiguen a quienes no las reconocen hasta amenazar su privacidad. Acabó la era del P2P: cuando de red de intercambio pasa a canal de distribución, los jueces consideran públicos sus datos, como se acaba de sentenciar en España, y persiguen a los usuarios que violan los derechos de autor, como en Francia.

"No aplicaremos vuestros conceptos de propiedad, expresión, identidad y contexto". El negocio de los contenidos ya está en internet. Buscadores, redes sociales y blogs se convierten en medios: la mercancía son los contenidos y la audiencia. Todos pelean por ellos y los viejos dueños se quejan de los arribistas y de sus mañas. Unos tienen la tecnología; otros, los contenidos. No hay acuerdo sobre cómo rentabilizarlo. "Estáis aterrorizados por vuestros propios hijos, nativos de un mundo donde siempre seréis inmigrantes". Y como los que reaccionan con violencia contra los extranjeros, los excesos comienzan a pagarse. Como en la reciente condena a un empresario de blogs por los comentarios de usuarios contra la SGAE. "Vuestras obsoletas industrias de la información se perpetúan tratando las ideas como otro producto industrial". Explota el big bang. Políticos, medios, dueños de la tecnología y nuevos negocios chocan. Los usuarios y la libertad pagarán si muere la independencia del ciberespacio.

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