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La cueva de Fels

ORÍGENES // JOSÉ MARÍA BERMÚDEZ DE CASTRO

* Director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, Burgos

La Cueva de Fels (Hohle Fels), situada en los montes jurásicos alemanes de Suabia, contiene uno de los yacimientos paleolíticos más importantes de la Europa del Hombre de Cro-Magnon. El potencial arqueológico de esta cueva se conoce desde 1870, cuando se realizaron las primeras excavaciones. Sus avatares históricos, como los de otras grandes cavidades europeas, merecerían un entretenido relato de cientos de páginas. Pero no podemos dejar de ofrecerle un merecido homenaje en este espacio de ciencia para recordar algunos de los descubrimientos más importantes. La mayoría de estos hallazgos se han producido en tiempos muy recientes y de la mano de nuestro amigo el profesor Nicholas J. Conard, de la Universidad alemana de Tübingen, donde estudiaron o impartieron docencia personalidades como Johannes Kepler, Friedrich Hölderlin, Friedrich Schelling o Friedrich Hegel, y los no menos conocidos por su actualidad Horst Köhler (ex-presidente de Alemania y Joseph Ratzinger (Benedicto XVI).

Por citar algunos ejemplos, en 2005 Conard y su equipo hallaron un falo en piedra, perfectamente configurado, de 28.000 años de antigüedad, con una longitud de ¡casi 20 centímetros! y una anchura de tres centímetros. En este mismo registro, casi diría que pornográfico, destaca también la Venus de Hohle Fels, hallada en 2008 y con una antigüedad de 35.000 años. Sus exagerados atributos demuestran la obsesión por el sexo de algunos artistas del Paleolítico Superior.

Pero también debemos reconocer la sensibilidad del hombre y la mujer de Cro-Magnon, gracias a los últimos hallazgos de Conard en Hohle Fels. Se trata de un conjunto de ocho instrumentos musicales tallados en marfil de mamut, cuya antigüedad de entre 35.000 y 40.000 años es sensiblemente superior a otros instrumentos musicales hallados en yacimientos de Austria y Francia (30.000 años a.p.).

Destaca una flauta de cinco agujeros y 22 centímetros de longitud fabricada en hueso de buitre. La técnica de fabricación de este instrumento es sumamente depurada y los agujeros están perfectamente calibrados para producir una música cifrada y melodiosa. Si bien la tecnología de especies anteriores a la nuestra, como los heidelbergenses o lo propios neandertales (por citar especies europeas) era espectacular, el Homo sapiens alcanzó enseguida una capacidad cognitiva simbólica, que debió ser crucial en su rápido dominio de todas las tierras ocupadas por homininos. Las capacidades rítmicas debieron aparecer junto al lenguaje, hace quizás muchos miles de años; pero la posibilidad de componer melodías pudo ser exclusivo de nuestra especie.

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