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Tulipanes y comunicación

VENTANA DE OTROS OJOS // MIGUEL DELIBES DE CASTRO

*Profesor de Investigación del CSIC

Uno de mis más admirados maestros tenía auténtica pasión por el conocimiento, pero muy escasa afición a compartirlo. Trabajaba a fondo, decidida e incansablemente, en muchos asuntos, pero tan pronto encontraba una respuesta a sus dudas, los olvidaba. "Es que las cosas, una vez sé cómo funcionan, dejan de interesarme", argumentaba. Cuando tuve edad y confianza bastantes (en mí mismo y con él) como para contradecirle, le respondía que debía considerarse un medio científico, pues la ciencia no sólo consiste en conocer más, sino también en hacerlo saber al resto de la sociedad y en someter los nuevos hallazgos a su crítica. Nunca lo convencí del todo, y nos abandonó postulando que, si no decía todo lo que había aprendido, era para evitar que los demás supiéramos tanto como él.

La necesidad de que el conocimiento científico sea transmitido y recordado impone limitaciones (y dudas) no menores sobre la forma de comunicarlo. Nos guste o no, hoy día apenas tienen carta de existencia los conocimientos que no estén escritos, y descritos, en inglés. ¿Y en el pasado? ¿Cuánta sabiduría andará perdida por ahí, en lenguas que científicamente han pasado de moda? No hace mucho, el profesor Jim Al-Khalili, que ha trabajado para la BBC, nos recordaba que, contra la general opinión occidental de que la ciencia hizo un alto desde los griegos al Renacimiento, lo cierto es que vivió, entre los siglos IX y XIII, su edad de oro en el mundo árabe. Mi viejo amigo Esteban Hernández Bermejo, botánico de Córdoba, está buceando en esa casi desconocida ciencia árabe con la ayuda de expertos del CSIC en Granada.

Esteban y sus colaboradores (en Economic Botany 63: 60-66) han fastidiado un poco a los holandeses, pero hay que asumir que el saber no siempre resulta cómodo. El tulipán es la flor emblemática de Holanda, y durante mucho tiempo se ha mantenido que fueron holandeses quienes, en el siglo XVI, trajeron los primeros bulbos a Europa. La Umdat al-tabib, un tratado botánico fechado en Al-Andalus entre los siglos X y XI, parece decir otra cosa. Seguramente el tulipán, procedente de Turquía, ya era una planta ornamental en la Iberia islámica cinco siglos antes de hacerse famoso en los Países Bajos. Y el horticultor toledano Ibn Bassal, que significa "el hijo del cebollero", debió tener un papel no pequeño en ello. Pero estaba escrito en árabe y nadie lo sabía.

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