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Diez maneras de participar en la transición energética, dentro y fuera de nuestras casas

Diez maneras de participar en la transición energética, dentro y fuera de nuestras casas

Hubo un gran cambio cuando dejamos de ir a la leñera, a buscar unos tarugos para alimentar el fuego en la cocina económica. Ahora apretamos interruptores y botones para obtener la energía que necesitamos, que viene a nosotros de manera casi mágica, pero (aparentemente al menos) completamente fuera de nuestro control.

Un 13% de la energía que llega a los hogares, en España, es en forma de biomasa, leña y briquetas, tanto de manera individualizada (si tenemos una caldera de calefacción en la casa) o mediante redes de calor de distrito, en que una única instalación abastece a varios edificios o incluso a barrios enteros, según el IDAE (2022). Pero el 87% dependemos de energías lejanas, procedentes de quién sabe dónde y transformadas mediante procesos más o menos misteriosos. Puedes ver aquí el completo informe "Consumo por usos del sector residencial. Evolución 2010-2022". IDAE, 2024.

El Gran Apagón es un temor recurrente, y llevamos tiempo viendo con aprensión los bruscos cambios del precio de la energía, principalmente del gas y la electricidad. Cada cierto tiempo nos informan de que se acerca el recibo más caro de la historia, o de que nos conviene poner la lavadora a las 3 de la madrugada. No es un  panorama muy alentador.

La buena noticia es que estamos en plena transición energética, y el sector doméstico tiene mucho que decir al respecto - no está completamente inerme ante cambios lejanos fuera de su control. Ya no se trata simplemente de ahorrar energía, sino de participar activamente en la transición a una energía más barata, ecológica y saludable Es decir, sostenible, basada en las energías renovables y la eficiencia energética. Ahí van algunas ideas realistas que pueden ser eficaces, tanto dentro como fuera de la casa:

 

Convertir tu casa en una fortaleza térmica

Todavía quedan muchos edificios construidos a base de paramentos de hormigón de 13 cm, sin cámara de aire. En invierno son neveras a no ser que se ponga la calefacción (si existe) a tope, con el consiguiente gasto inasumible. Acorazar los edificios (por ejemplo con un SATE, sistema de aislamiento térmico exterior) es la mejor solución, pero siempre hay opciones, como la muy asequible de instalar dobles ventanas o ventanas de doble cristal. Infórmate sobre los programas de rehabilitación de viviendas a los que puedes recurrir.

 

Manejar la sala de máquinas de la energía de tu casa

Los repartidores de consumo convierten un sistema de calefacción central caro en asumible. El truco está en que vas a pagar por lo que consumes, no a prorrateo entre los vecinos. Sin contar con que puedes modular la potencia de los radiadores, o apagarlos sin más si quieres. Si tu sistema de calefacción es individual, tienes control completo de la instalación. Hay muchas más posibilidades de regular y manejar tu sistema energético doméstico: puntos clave son el regulador de temperatura del calentador de agua y la regleta apagable conectada a los aparatos que se quedan en stand-by (un 3% del consumo doméstico o residencial según el IDAE). Se trata de apagar absolutamente todo cuando no se está usando (menos el frigorífico, claro).

 

Mejorar y dimensionar los equipos

Un frigorífico grande y obsoleto viene a consumir unos 800 kWh al año. Cambiarlo por un frigo de tamaño normal (unos 200 litros) y clase A nueva implica ahorrar 500 o 600 kWh, que al precio actual de la electricidad (unos 0,2 €/kWh) son más de 100 euros al año. En cinco o seis años, ya has pagado el nuevo aparato. Otros aparatos generalmente sobredimensionados son los termos eléctricos.

 

Soltar lastre

Dejar de usar aparatos inútiles y engorrosos es una buena manera de mejorar la eficiencia energética de tu casa. Todos tenemos en la cabeza la lista de los electrodomésticos más inútiles, que dan más trabajo del que quitan y consumen una cantidad de energía regular.

 

Cambiar de combustible y de tecnología

Algunos tipos de energía no tienen futuro en el ecosistema doméstico. El carbón supone solo un 0,2% del consumo total y su empleo está a punto de extinguirse. Pero el gasóleo todavía supone algo más de un 10% del consumo. Como se usa casi exclusivamente para calefacción, es buena idea pasarse a la electricidad o al gas natural, y si es posible instalar una bomba de calor.

 

Participar en una cooperativa energética

En 1978, una iniciativa cambió para siempre el paisaje energético de Dinamarca. Comenzó a funcionar el aerogenerador Tvindkraft, diseñado y construido por una cooperativa pionera. Sigue funcionando hoy, y la energía eólica supone actualmente más de la mitad de la producción eléctrica de este país escandinavo. En nuestro país existen numerosas cooperativas energéticas que te permiten participar muy directamente en la transición energética.

 

Practicar el autoconsumo, propio o a distancia

El autoconsumo eléctrico, tras el parón del "impuesto al sol" ha despegado y actualmente es una opción cada vez más realista para reducir el recibo de la luz y acelerar el paso a una energía sostenible. No es imprescindible tener un tejado o azotea a disposición, existe la posibilidad de disfrutar del autoconsumo a distancia (hasta dos kilómetros).

 

Saber de dónde y cómo viene la energía

Según datos del IDAE para 2022, la electricidad aporta algo más del 44% al "mix" energético del ecosistema doméstico. En los primeros nueve meses de 2024, esta electricidad fue producida en un 59,5% por fuentes renovables, principalmente eólica, solar fotovoltaica e hidráulica, con un 23%, 19% y 14%, respectivamente. Sumando este porcentaje de electricidad renovable al uso directo de biomasa (13%) y solar térmica (2%) tendríamos algo más del 41% de la energía suministrada al ecosistema doméstico procedente de fuente renovable, en plena transición energética. Esto supone que electrificar nuestra casa puede ser una buena idea. Además, el aumento de renovables (que no pagan por el "combustible") hace que los precios de la electricidad bajen paulatinamente.

 

Usar las herramientas telemáticas de control de la energía que proporcionan las compañías suministradoras

Las compañías suministradoras de electricidad proporcionan acceso a páginas web personales que registran con mucho detalle el consumo. También se puede analizar el consumo de gas natural a través de los repartidores de costes instalados.

 

Apoyar políticas energéticas viables

Desde la escala local a la nacional, hay muchas opciones de participar en las políticas energéticas, que dirimen cuestiones cruciales para la transición energética, desde el ritmo de apagado de las centrales nucleares a la creación de programas masivos de rehabilitación energética de viviendas, pasando por la ubicación óptima de paneles fotovoltaicos.

 

Imagen de Gazi Jamal Uddin en Pixabay

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