Ciudadanos

Lucas 15, 11-32

ANTONIO AVENDAÑO

El PSC es una especie de hijo pródigo del socialismo ibérico que, tras el 9-M, llama a las puertas de la Moncloa. Pero no lo hace derrotado por la miseria ni por haber dilapidado su parte de la hacienda familiar. Vuelve al hogar cargado con 25 diputados. Durante algún tiempo el vástago catalán se marchó de casa, pero sólo un poco: nunca demasiado lejos y siempre blandiendo la amenaza de echarse al monte con su rebaño de 25 cabezas para iniciar una nueva vida por cuenta propia. Más prudente y sosegado, ahora llama a la casa paterna para ofrecer el fruto de su éxito a la hacienda común, pero dejando entrever su propósito de que le sea de algún modo remunerada su generosidad.

El PSOE andaluz es el hijo mayor que se quedó en casa y, como su homólogo de la parábola de Lucas 15, 11-32, no ve con buenos ojos tanto protagonismo de su hermano díscolo ni que el padre se le eche al cuello, le bese efusivamente y le ofrezca anillos y sandalias. El padre Zapatero lo consuela con las mismas palabras de su predecesor evangélico: "Hijo, tú siempre has estado conmigo y lo mío es tuyo, pero este hermano tuyo estaba perdido y ha sido hallado". El primogénito no parece convencido: "¿Y qué hay de mis 36 cabezas? ¿Me vas a recompensar por ellas, como pretende mi hermano que lo hagas por las suyas?"
El padre medita y calla. Malditos críos. No sabe cómo contentar a ambos. Pesaroso, abre la Biblia al azar y he aquí que ante sus cansados ojos aparece la respuesta sus plegarias: "Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha" (Mateo 6, 3).

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