Civismos incívicos

La paja en el ojo de Arizona

Me sumo con un cierto retraso al debate sobre la recién aprobada ley en Arizona que establece que la policía puede pedir los papeles a cualquier persona que parezca sospechosa de estar en situación irregular si ésta ya está siendo objeto de una intervención policial (tipo: "párese ud. que va a 180km/h, y ya que estamos muéstreme los papeles").

Me parece fantástico el revuelo que ha generado la ley, sobre todo por poner sobre la mesa el temor a que este tipo de planteamientos puedan fomentar la utilización de estereotipos raciales (racial profiling) por parte de la policía a la hora de decidir a quién se le pide la documentación.

Lo que me preocupa es que este acto colectivo de llevarnos las manos a la cabeza por las barbaridades que se hacen allá a lo lejos nos sirva de excusa para no ver cómo está el patio por aquí. Porque, siento romper el espejismo autocomplaciente, el racial profiling es el pan de cada día en los procedimientos policiales de la vieja Europa. Y no lo digo yo, sino el Open Society Institute de George Soros, que el año pasado publicó un imprescindible informe sobre racial profiling en la Unión Europea que concluía que ésta es una práctica generalizada (además de ineficaz y discriminatoria).

En España, por ejemplo, ciertos grupos étnicos tienen hasta diez veces más probabilidades de ser parados por la policía, a pesar de que el porcentaje de intervenciones de este tipo que consiguen descubrir alguna infracción es muy bajo: en el caso de Fuenlabrada, uno de los pocos municipios que estuvo dispuesto a colaborar con el proyecto, el porcentaje de "éxito" en las intervenciones era del 6%, es decir, el 94% de las personas interpeladas lo eran por nada y para nada (mientras que con la introducción de hojas de servicio que obligaban a los agentes a explicitar el motivo de la demanda de documentación, este tipo de actuaciones se redujeron en un 70%, pero la tasa de éxito subió al 26%).

Así que sí, lo de Arizona es terrible. Pero lo revelador es que, en el contexto europeo, la precaución que incluye la nueva ley del Estado del Gran Cañón de pedir los papeles a quien "parezca" culpable de algo sólo cuando antes exista otra cosa que motive la intervención policial parece hasta garantista!

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