Txema Santana (CEAR): “Las migraciones forman parte de la historia de la humanidad y van a seguir haciéndolo”

Abordaje de una patera con inmigrantes al finalizar su travesía. Perico Terrades (CC BY-NC-SA 2.0)
Abordaje de una patera con inmigrantes al finalizar su travesía. Perico Terrades (CC BY-NC-SA 2.0)

Laura Pérez Yanes (@LPYanes)

  • El portavoz de CEAR en Canarias habla sobre el futuro de las migraciones pospandemia: "La gente se mueve. Y a lo mejor vamos a tener que movernos nosotros"
  • Los CIE deberían estar cerrados, hay otras herramientas y procesos de acogida más amables y garantistas de los derechos fundamentales

En las últimas semanas, la situación provocada por la pandemia del coronavirus ha puesto frente al espejo las carencias y deficiencias de un sistema de protección social y de acogida que excluye a las personas migrantes, en lugar de trabajar por su integración efectiva. Sobre ello habla en esta entrevista Txema Santana, periodista y portavoz de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Canarias. Santana ha cubierto historias de frontera y migraciones en países como El Salvador o Ecuador y cada vez que regresaba a las Islas lo hacía con la mirada puesta en ese contexto. Precisamente, durante cinco años dio vida al proyecto Guinguinbali, con el que trató de trascender las migraciones para hablar de esos contextos, de las historias que rodean esos procesos migratorios, y poder conocer y, sobre todo, entender.

Pregunta: Se ha tardado casi un mes en desalojar los CIE tras decretarse el estado de alarma. ¿Por qué?

Respuesta: Creo que aún quedan personas en el CIE de Algeciras, pero ¿por qué no se han cerrado de forma acompasada todos los CIE? A priori, porque se han centralizado muchas decisiones pero los centros de internamiento, que dependen del Ministerio del Interior, no se han centralizado y cada juez ha ido tomando las decisiones correspondientes. En el caso de Gran Canaria, nosotros lo pedimos desde una semana antes de que el juez emitiera el auto y cerrara por una cuestión de salud y porque es un espacio en el que es inviable mantener las condiciones de seguridad. Se tardó más, no sabemos por qué, pero tuvo consecuencias, porque finalmente hubo cinco positivos dentro del CIE entre los chicos migrantes. Y al final la decisión que empujó el cierre del CIE de Gran Canaria fue el hecho de que una enfermedad como el coronavirus amenace la salud e integridad de las personas que estaban en su interior. De igual modo ocurrió en Hoya Fría, donde el último grupo, de 25 personas, permanecía encerrado después de que dos policías dieran positivo y finalmente se evacuó. La plataforma Canarias Libre de CIE tuvo un papel de presionar y tratar de buscar una solución de forma conjunta.

P: ¿Qué pasará con las personas desalojadas de los CIE cuando se levante el estado de alarma?

Parece inviable que las personas desalojadas reingresen en los CIE porque el tiempo que pueden estar dentro, de 60 días, ya se habrá excedido

R: A priori todas tienen un expediente de expulsión abierto. Eso no quiere decir que se les vaya a expulsar, pero tienen un expediente de expulsión abierto. Lo que parece bastante inviable es que reingresen en el CIE porque el tiempo que pueden estar dentro es de 60 días y en la mayoría de los casos ese tiempo ya se habrá excedido.

P: Si regresaran a los centros, volverían a darse las mismas circunstancias, por ejemplo, de hacinamiento...

R: Probablemente, cuando vuelvan a abrir los CIE, que es la intención del Ministerio del Interior, será cuando las condiciones de proximidad entre las personas y de salud sean las adecuadas. Desde CEAR y desde la Plataforma Canarias Libre de CIE, antes del coronavirus, entendíamos que los CIE deberían estar cerrados y que hay otras herramientas y procesos de acogida más amables y garantistas de los derechos fundamentales. Dormir seis personas por celda compartiendo baño con tiempo de patio programado y un entorno carcelario no es lo más adecuado para una acogida. Interior entiende que es la forma de tenerlos retenidos para poder expulsarlos, que es su objetivo último, y esa es la pugna que mantenemos desde hace mucho tiempo.

P: Pero hay cifras que demuestran que ese objetivo no se cumplía.

R: En los últimos meses ha habido cinco vuelos de deportación desde Canarias con personas de los CIE, pero hasta entonces el índice de expulsiones era mucho más bajo, se expulsaba a un número de personas muy minoritario. Interior encontró un acuerdo bilateral con Mauritania y el hecho de que las pateras salgan de ese país avala la posibilidad de expulsar a Mauritania a toda persona, sea de ese país o no, que haya transitado o partido desde allí para llegar a Canarias. Se ha detectado que han salido de Mauritania y que entre ellos hay muchos nacionales de Mali, que es un país en guerra. Interior dice que no expulsa a Mali, pero expulsa a Mauritania y lo que sabemos es que Mauritania expulsa a Mali. Al final este ministro del Interior, este Ministerio, sí estaba expulsando a las personas que habían salido de Mauritania, fueran del país que fueran.

P: ¿Y cuál es la situación actual? Porque hay trámites paralizados, se han cerrado las fronteras y muchas personas han quedado en una especie de limbo...

R: Sí, eso está generando mucha incertidumbre. Desde CEAR estamos pidiendo la regularización de personas migrantes para que puedan a acceder al sistema de protección social que está armando el Estado para que, cuando la situación mejore, podamos entre todos reflotar. Pero lo cierto es que esto está castigando a muchas personas que no lo están pasando nada bien. CEAR tiene a más de 400 personas acogidas en Canarias. También se acercan muchas personas solicitando comida, porque su trabajo era bastante precario y ya inexistente y no tienen recursos. Estamos armando una respuesta social para que todas las personas puedan acceder a este flotador que está lanzando el Estado, pero no debemos olvidar que hay personas que por su situación administrativa lo van a tener más complicado.

Estamos armando una respuesta social para que todas las personas puedan acceder a este flotador que está lanzando el Estado, pero no debemos olvidar que hay personas que por su situación administrativa lo van a tener más complicado

P: Patricia Fernández, de la Coordinadora de Barrios, apuntaba que en el CIE de Barranco Seco "había 39 internos solicitantes de asilo que habían manifestado voluntad de protección internacional" y que "35 provenían de zonas de conflicto". Pero estaban "privados de libertad y sin acceso a ese procedimiento". ¿Qué impide que estas personas puedan tramitar con normalidad sus peticiones?

R: Yo también leí ese dato que daba ‘Patuka’ y la verdad es que nos llamó la atención porque no teníamos, o yo al menos, la constancia de ese alto número de personas solicitantes que hayan manifestado su voluntad de protección internacional. El procedimiento ahora está parado pero, si esas personas han sido trasladados a espacios de acogida humanitaria, podrán ir informando de su situación para cuando se vuelvan a poner en marcha los plazos. En los últimos meses, que ha habido un repunte de la llegada de pateras a Canarias, venían bastante personas de Mali y sobre todo las personas de ese país estaban solicitando protección internacional.

P: ¿Qué explica ese repunte en la ruta hacia Canarias?

R: Las estimaciones son varias. Entre enero y agosto de 2019 llegaron unas dos personas de media al día a Canarias. A partir de septiembre, 18 personas al día. En ese momento empezó todo. En enero de 2020 aumentó a 23 personas al día y en febrero cayó a 14, teniendo en cuenta que hubo unas cinco o seis pateras que desaparecieron, de las que no sabemos si volvieron, naufragaron, pasaron de largo... Salieron y no tuvimos constancia de nada más, por lo que el dato de febrero puede ser algo mayor. Y en marzo, hasta el 5 de abril, estuvieron llegando embarcaciones. Luego hubo un episodio de calima, mal tiempo y oleaje que frenó esas llegadas. Se decretó el estado de alarma y no es hasta el 20 de marzo cuando vuelven a llegar pateras. Del 5 al 20 no llegó ninguna. Y del 20 de marzo al 5 de abril llegaron más de 500 personas.

P: ¿Se sabe por qué aumentó esos días?

R: No. Observamos la tendencia con preocupación porque decíamos "si se repiten 15 días como estos no tenemos capacidad operativa en Canarias para gestionar la acogida en una situación como la actual". Se dio la circunstancia de que desde el 5 de abril hasta hoy no han llegado. ¿Por qué? No lo sabemos. Entiendo, y es una especulación, que son personas que ya estaban en el punto de destino y para las personas que venden la oportunidad de venir, lo que Europa llama mafias, es una forma de dar salida a mucha gente que tenían confinada y que ya estaba preparadas para salir. De lo que sí tenemos constancia es de que las personas no se están desplazando en la ruta migratoria. Solo podrían salir aquellos que ya están en los puntos de destino y que tengan el dinero suficiente para poder pagar la salida. Y en estos momentos de confinamiento, en Marruecos, en el Sáhara Occidental, o también en Mauritania (aunque menos), no se dan las condiciones para que las personas puedan ganar algo de dinero y poder pagar lo que cuesta una barca.

P: En esas embarcaciones llegaban niños y niñas, algunos solos. ¿Qué ocurre con ellos cuando llegan aquí?

R: No es Canarias la ruta migratoria a la que más niños y niñas no acompañados llegan. Mayoritariamente llegan adolescentes y jóvenes procedentes de Marruecos. En cualquier caso, cuando llega cualquier persona menor de edad, tenga 17 o tenga 3, pasa a ser tutelada por la comunidad autónoma y es esta la responsable del menor. Lo que sí se da en Canarias es un incremento muy notable y novedoso con respecto a etapas anteriores de la llegada de mujeres. Las mujeres se han incorporado a la ruta migratoria en todos los sentidos y Canarias ya ha registrado esta incorporación, incluso normalizándola. Las organizaciones que trabajamos en la acogida hemos tenido que adaptar los recursos porque no es lo mismo atender a un joven de 23 años que viene solo, que a una mujer que viene con dos niñas y embarazada, como pasó en una patera el 5 de abril.

Se está dando en Canarias un incremento muy notable y novedoso de la llegada de mujeres. Las organizaciones que trabajamos en la acogida hemos tenido que adaptar los recursos

P: ¿Hay suficientes recursos para los niños y niñas que llegan a Canarias?

R: Afortunadamente, la Dirección General de Protección de la Infancia del Gobierno de Canarias ha hecho un trabajo muy interesante a la hora de aprovechar espacios y trabajar con organizaciones que puedan trabajar en la acogida de estos niños y niñas. También hay una bolsa de familias de acogida. El foco va a estar a partir de este momento en niños y niñas que van a cumplir 18 años. Cuando cumplen 18, ¿qué pasa? Van a la calle. Y el esfuerzo y la inversión de la comunidad -no solo en protección de derechos, sino a la hora de acoger y orientarlo hacia el sistema educativo y que intente avanzar para una mejor adaptación-, si lo pones en la calle a los 18 y sin recursos, es una inversión perdida.

P: No sé si conoces la situación en otros centros fuera de Canarias, por ejemplo, el caso del centro de La Purísima en Melilla, donde se han denunciado las condiciones de hacinamiento de los niños... 

R: Aquí en Canarias no tenemos esas circunstancias. El otro día, por ejemplo, hablaba con gente de Sea Watch de Alemania, y también estoy en contacto con gente en Grecia, y me hablan de Canarias como un oasis dentro de estas circunstancias. La gente sigue tendiendo la mano, las migraciones forman parte de nuestra historia de siempre. Los canarios nos fuimos en varias oleadas en el siglo pasado a Cuba y a Venezuela, los pescadores canarios iban a África a pescar... Hay muchos canarios y canarias que estuvieron en El Aaiún, en Nuadibú, pescando, intercambiando conocimientos y, de alguna manera inconsciente, eso se ha incrustado en el ADN de los canarios. Fíjate que llegaron más de 500 personas en pleno estado de alarma, con las personas confinadas, con las fronteras cerradas y aquí el grito racista es muy reducido.

P: CEAR ha denunciado en varias ocasiones el colapso del sistema de protección internacional y deficiencias en el sistema de acogida en España. ¿A qué deficiencias concretas se refiere? 

R: Las migraciones fluctúan y el sistema no fluctúa como los migraciones, nada lo hace. Las migraciones son una fuerza de la naturaleza, por decirlo de alguna manera, muy difícil de predecir, de diagnosticar y con una gestión complicada. Por ejemplo, en Canarias, nos referimos a que tras 26 años de llegadas de pateras no haya un sistema flexible para ampliar o reducir el número de plazas de acogida humanitaria. No puedes tener siempre 20.000 plazas preparadas, pero si sacas la media de los últimos años, al menos tienes que tener un sistema que tenga la capacidad de ser flexible para ofrecer una acogida digna. Por otro lado, cuando una persona llega a Arguineguín, a Tijarafe, al Médano, a Haría o a Gran Tarajal, no está llegando a Canarias. Está llegando a España, a Europa. Por tanto el sistema debe ser un sistema solidario entre los miembros de la Unión Europea y, para empezar, entre las comunidades autónomas. Todos somos parte del mismo Estado y todos debemos responder a la responsabilidad de una acogida en determinados momentos.

P: Si antes del decreto del estado de alarma ya existía esa denuncia, ¿cómo afectará esta situación a ese colapso?

Pedimos una regularización de las personas migrantes que hay en España, al estilo de lo que se ha hecho en Portugal, para que no se agrave la situación en el momento en que se retome una relativa normalidad

R: Está por ver. El gobierno de España había iniciado el procedimiento para incorporar más personas a esa área, y no sé en qué punto quedó. Pero esta paralización está haciendo que los casos se estén acumulando. Por eso, entre otras razones, nosotros solicitamos una regularización de las personas migrantes que hay en España, al estilo de lo que se ha hecho en Portugal, para que no se agrave la situación en el momento en que se retome una relativa normalidad.

P: A medio y largo plazo, ¿qué cambios cree que son necesarios en la política migratoria y de acogida?

R: Te puedo decir, como portavoz de CEAR en Canarias, que Canarias debe generar conocimiento sobre las migraciones, porque después de 26 años no hay estructuras de conocimiento sobre los procesos migratorios, sobre los motivos que causan las migraciones, sobre el volumen de llegadas, lugares de origen, edades, género... No existe un conocimiento de esta experiencia que nos haría poseedores de una información muy valiosa para gestionarla en el futuro. Creo que en lo que debemos estar es en entender las migraciones en Canarias como una cuestión tan importante como otros sectores sociales o, incluso, económicos, que fluyen y fluctúan en las Islas. Y para eso hay que tener un plan, hay que estudiar y hay que estar preparados para un siglo XXI en el que, ya nos ha avisado en estos primeros 20 años, las migraciones son una parte con importancia específica dentro de las cuestiones globales. Veremos cuál es el futuro de las migraciones pospandemia, pero me atrevería a decir que no va a invisibilizarlas ni a erradicarlas, porque las migraciones forman parte de la historia de la humanidad y van a seguir formando parte de ella. La gente se mueve. Y a lo mejor vamos a tener que movernos nosotros.