Coronavirus: el regreso del odio

Soldados de la Primera Guerra Mundial durante los ataques con gas
Soldados de la Primera Guerra Mundial durante los ataques con gas

Daniel Calderón Aguado (@DCAlderonvk)

Es ahora, en la recuperación económica, cuando las fuerzas políticas que aboguen por un Estado de Bienestar fuerte deben estar presentes. Si no lo están, ocuparán su espacio otras fuerzas oportunistas que adelanten por la derecha a la ultraderecha.

En las últimas semanas hemos oído hablar de guerra en vez de pandemia y adoptar un tono bélico por parte de muchos gobernantes mundiales. Probablemente haya muchas similitudes y diferencias entre una situación de guerra y la situación de pandemia que actualmente vive la humanidad. Lo que es innegable es que las guerras sacan lo peor de los seres humanos y esto es algo que también hemos visto durante esta pandemia.

El odio ha regresado. Si bien nunca se fue, sí que estuvo oculto, pero a día de hoy estamos viendo mensajes de odio más propios de 1920 que de 2020. Es probable que el período de entreguerras (desde el fin de la Primera Guerra Mundial, 1918, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, 1939) hayamos visto uno de los rostros más inhumanos y viscerales de la Historia. Por desgracia, ese odio que ya vivió la humanidad no surgió del día a la mañana, se fue creando poco a poco, y eso es lo que está sucediendo en nuestros días, justamente ahora, cuando nos considerábamos muy diferentes a nuestros antepasados, muy modernos y muy tolerantes.

En Europa estamos viendo enfrentamientos entre europeos; por ejemplo, ciudadanos alemanes insultaron y agredieron a ciudadanos franceses en el Sarre, una región sobre la que se ha vertido mucha sangre a lo largo de la historia por cuestiones étnicas. En España, algunos políticos catalanes se reían de las víctimas mortales del coronavirus en Madrid, mientras que otros políticos españoles de extrema derecha ponían nacionalidad al coronavirus o lo llamaban peste china. En China se discriminaba a los ciudadanos de la región de Hubei cuando acabaron el confinamiento, mientras que Trump atacaba a los asiáticos denominando al coronavirus "Kung Flu" (algo así como ‘gripe asiática’). En EEUU el coronavirus se está cebando con las poblaciones afroamericanas y latinas. Con estas muestras de odio, quienes más van a sufrir las consecuencias sociales del coronavirus son las personas migrantes. En primer lugar, se van a encontrar con espacios seguros cerrados, especialmente aquellos que llegan a Europa huyendo de la guerra. En segundo lugar, los migrantes van a estar en el punto de mira de muchos reaccionarios, simplemente por proceder de un lugar diferente del globo terráqueo. Y en tercer lugar, con la crisis social y económica que llega, los migrantes van a ver sus derechos pisoteados de forma más salvaje aún, especialmente las mujeres. De hecho, esto ya se está viendo en el campo español

El odio y la discriminación racial que se han hecho visibles estos días con la pandemia recuerdan mucho a los del siglo anterior. Pero, además, la situación en la que se encuentran muchas instituciones democráticas es terrible. Muchos mensajes de odio están calando en muchas personas y culpabilizando de todo a gobiernos democráticos, e incluso hemos visto a políticos pedir un golpe de estado o responsabilizar de todo a un gobierno o a una organización. Por ejemplo, en España hemos visto a la ultraderecha incentivar un discurso de odio para dividir a los españoles y derrocar al gobierno; en Francia la extrema derecha está culpabilizando de todo a Macron; en Italia, el ultraderechista Salvini culpabiliza de todas las muertes a la Unión Europea (ya ha pedido un referéndum para salir de la Unión) y al Gobierno italiano mientras pide que se abran las iglesias del país. En el Consejo Europeo, el gobierno de derechas de Países Bajos se opone a ayudar al sur de Europa por sus falsos estereotipos sobre los españoles e italianos, es decir, hay una cuestión racista e ideológica de fondo. Trump ha acusado a la OMS de encubrir la propagación el virus y ha retirado fondos a la organización.

El odio durante esta pandemia está servido, pero lo peor es que este odio va a rebrotar tantas veces como rebrote la pandemia, pues parece ser que, en los momentos más duros de la humanidad, la miseria de algunos individuos siempre aparece. Es ahora, en la recuperación económica especialmente, cuando las fuerzas políticas que aboguen por un Estado de Bienestar fuerte, con servicios como la sanidad y la educación garantizados, deben estar presentes. Pues si dichas fuerzas no están presentes, ocuparán su espacio otras fuerzas oportunistas que adelanten por la derecha a la ultraderecha ya instaurada en muchos parlamentos europeos o que esta ultraderecha ya acomodada en la vida parlamentaria crezca como la espuma.   

Así que sean valientes, ayuden a las familias que lo necesiten y combatan el odio y el racismo, pues el caldo de cultivo está servido y la humanidad corre el riesgo de repetir la historia y de vivir situaciones más propias de 1920 y 1930 que de 2020.