Lepe, Moria y al final arderá Madrid

Campamento de refugiados de Moria tras el último incendio. Foto: RICH CHANNEL (YouTube).
Campamento de refugiados de Moria tras el último incendio. Foto: RICH CHANNEL (YouTube).

(por @lularoal)

El pasado martes por la noche ardió el campo de refugiados de Moria en Grecia. Esa mañana se anunciaba la primera PCR positiva, confirmando que la covid-19 había llegado a esta cárcel en la que 13.000 personas viven en un espacio estimado para 3.500. Según la revista 5W, cuando estalló el incendio ya se habían identificado 35 contagios y las personas habían sido trasladas a una zona de aislamiento. El incendio habría sido una consecuencia de estas medidas como parte de la protesta de algunas de las personas del campo desesperadas por la situación de tensión y el miedo al encontrarse hacinadas, viviendo entre basura, y sin capacidad de tomar medidas de control de la enfermedad. El periodista Jairo Vargas explicaba cómo, pese confirmarse los primeros contagios en el campo, el Gobierno griego seguía con la licitación a empresas privadas de más recursos de control, concretamente el incremento del vallado del campo.  

Los incendios de espacios precarios ocupados por gente migrante son un clásico. Este verano, los asentamientos de temporeros, esas personas que recogen las cosechas para que las demás tengamos frutas y verduras frescas en nuestra mesa a un precio razonable, situados en Lepe, ardieron varias veces. Pero no hay que olvidar que los asentamiento de Calais ardían muy menudo y un gran incendio permitió a las autoridades francesas desmantelar la superestructura que se había creado en ese punto de paso del estrecho entre Reino Unido y Francia. A la dificultad de vivir miserablemente se añade, después del incendio, el horror de vivir sin nada. Esta situación de vulnerabilidad es muy conveniente para el entramado  de #Spectram, Industria del Control Migratorio, compuesto por gobiernos que con el dinero de nuestros impuestos contratan a empresas privadas para servicios de construcción y "seguridad". A mayor destrucción, mayor sumisión y más dinero para la resconstrucción. El periodista Daniel Howden, uno de los mayores expertos en cobertura de migraciones de Europa, lo explicaba este jueves con claridad en un hilo de Twitter: "Pese a su aspecto caótico Moria es el producto de un calculo político que no ha cambiado de Bruselas y de los gobiernos europeos."

Y es sin duda por esta razón solo uno de los 27 gobiernos de la Unión Europea abordado públicamente esta catástrofe humanitaria, como explica Sergio Maydeu-Olivares del CIBOD en otro hilo publicado ayer por la noche.

En una conferencia sobre desigualdad económica organizada por la Fundación por Causa en el año 2014, el director de cine Santiago Zannou advertía de que las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad extrema están atenazadas hasta que un día el miedo se convierte en enfado, y la pasividad en rabia. No puede ser de otra forma: todas las personas queremos vivir en condiciones adecuadas y necesitamos que se nos reconozcan nuestros derechos como seres humanos que somos. Por eso #Spectram es una abominación, porque una industria que tiene como objeto principal a seres humanos debería estar diseñada y regulada con humanidad. Y aquí dos consideraciones importantes tener en cuenta. La primera es que mientras esa industria se alimente con dinero público, todas las personas que con nuestros impuestos contribuimos a generar ese dinero tenemos derecho a exigir a nuestros gobiernos que lo usen de un modo ético y en acuerdo a nuestras prioridades y necesidades. Las necesidades ahora, y en realidad siempre, son la salud y la educación, y nuestras prioridades deberían corresponderse con ellas. Segundo, esto que se está haciendo y permitiendo no tiene límite. Se ha creado un sistema de gobierno de las migraciones que es universal y que acabará afectándonos a todas personas en algún momento, aunque ahora sintamos que este tema no va con nosotras. Un día, querremos movernos y no nos dejarán hacerlo. O querremos que se mueva alguien a quien queremos mucho, y tendremos que ver cómo esa persona se queda encerrada en un espacio precario y destructivo sin que podamos hacer nada al respecto. Ahora arde Lebos, ayer ardía Lepe, mañana quizás arderá Madrid. 

Si este tema te interesa te recomiendo que colabores con #Spectram, una investigación de por Causa en Goteo con el apoyo de la banca ética FIARE.