Atrapados en la frontera entre Bosnia y Croacia

Pol Bargués (@polbargues) / CIDOB

Ahora Bosnia: Fronteras estrictas, refugios temporales

Este corto documental, realizado por el director y productor de cine Albert Kuhn, nos acerca a la Bosnia de hoy. 25 años después de los Acuerdos de Paz de Dayton, el país tiene nuevos retos por delante. Desde que Italia cerró la frontera por mar con Libia, Bosnia se ha convertido en la principal ruta terrestre de migrantes que quieren acceder a la Unión Europea y acoge a los miles que no logran entrar. Supervisado por la ONU y la UE desde el fin de la guerra, Bosnia se ha convertido en una pieza fundamental de la política de externalización de fronteras de Bruselas.

"La policía Croata nos pega, nos quita el dinero, los móviles, la ropa, los zapatos, las mantas, las bolsas, y nos vuelven de nuevo a Bosnia", explica Sabir Ali, en el Centro de Recepción Temporal de Ušivak, a pocos kilómetros de Sarajevo. "Hasta diez veces he intentado cruzar la frontera", añade. En las diez ocasiones, la policía croata se lo impidió y lo devolvió a Bosnia en furgoneta. Lleva ocho meses en este país. Nos cuenta que su intención es la de llegar un día a Croacia, en la Unión Europea, y de allí moverse a Eslovenia, después a Italia, para conseguir permisos, y finalmente a España donde quiere ir a trabajar. Pero después de salir de Pakistán y cruzar una decena de países, en bus o a pie durante meses, la frontera que da entrada a la Unión Europea parece la más difícil de cruzar.

Nicola Bay, director del Consejo Danés de Refugiados en Bosnia (Danish Refugee Council DRC) argumenta que la situación es deplorable. "Hemos visto heridas muy graves, gravísimas; gente con mordeduras de perros de las unidades caninas de la policía croata; otros que han recibido disparos con pistolas de aire, o heridas en la cabeza por golpeos con palos". Lo más preocupante, según Bay, es que estos no son algunos incidentes aislados, sino que es una práctica sistemática de expulsiones de migrantes, en muchos casos de forma violenta.

La portavoz de la Delegación de la Unión Europea en Bosnia, Jamila Milović-Halilović, no responde a la pregunta sobre las prácticas de la policía croata en la frontera con Bosnia. Lo que está en manos de la Delegación de la UE en Bosnia, dice, es ayudar financieramente a gestionar los efectos humanitarios de una frontera sellada. Por ejemplo, la Delegación de la UE está financiando la construcción y mantenimiento de todos los Centros de Recepción Temporales que acogen a los migrantes que no consiguen entrar en la UE. La Organización Internacional de las Migraciones, junto con otras organizaciones no gubernamentales, gestiona estos centros. Stevan Jugović, el responsable de uno de estos centros nos cuenta que no son centros de retención. Las personas en tránsito se alojan voluntariamente aquí hasta que continúan su camino hacia la UE. En estos centros reciben alimentos, atención médica y se pueden quedar indefinidamente.

Bosnia
Abdul Basit, Sabir Ali y Ali, residentes temporales en el campo de Ušivak. Imagen del documental "Ahora Bosnia", realizado por Albert Kuhn

El corto documental "Ahora Bosnia" explora la tensión entre el control violento de las fronteras de la UE y el apoyo financiero de la UE a los centros de acogida. ¿Es una contradicción o solamente la gestión de un tema complejo con varias aristas y secuelas? Para Bay, nadie escapa de una situación "paradójica": "Somos una agencia humanitaria financiada por la UE que estamos mitigando el impacto de las devoluciones que hace la policía de Croacia, un estado miembro de la UE, con apoyo financiero de la UE". La Comisaria de Interior de la UE, Ylva Johansson, admite "tomarse en serio" los informes de DRC sobre los excesos de la policía croata. Sin embargo, parece difícil que el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo de la UE aprobado en septiembre, que pretende reforzar y europeizar el control de fronteras, logre solucionar la tensión entre seguridad y humanidad.

Mientras tanto, en estos centros temporales de la periferia de Europa viven personas en un limbo legal, un abismo existencial. Sin opciones de regresar a su país, la mayoría espera nuevas oportunidades para volver a "jugar", como denominan a los intentos de cruzar la frontera. Un juego tan incierto como peligroso, en el que la experiencia, los compañeros y la suerte tienen un papel determinante. Un juego en el que, dice Ali, tiene poco a perder.

Pol Bargués es investigador principal de CIDOB. Albert Kuhn es director y productor de cine.