Canto migrante: de Antonio Molina a Rozalén

Música migrante
Imagen del videoclip de 'Mujer frontera'

Alba Solla (@AlbaSolla

  • La historia de la humanidad es una historia de vidas en tránsito y la música ha servido siempre para contarlas y acompañar la lucha de los oprimidos.
  • Recopilamos temas que denuncian la securitización de las fronteras, que rinden homenaje a los que se juegan la vida en el viaje o que cantan a la lucha de las mujeres migrantes trabajadoras.

Los cimientos de la actual Europa Fortaleza se sostienen sobre la contradicción. Si bien hace poco menos de un siglo el continente sufría un éxodo masivo bajo el fuego cruzado de dos guerras mundiales, ahora tiene políticas migratorias restrictivas que ignoran la historia de sus propios emigrantes: "¡qué lejos te vas quedando, España de mi querer!", se despedía Antonio Molina; "Dígoche este adiós chorando/dende a beiriña do mar" ["Te digo adiós llorando/desde la orilla del mar"], lamentaba Amancio Prada versando a Rosalía de Castro; "Ay, pobre del pueblo que ignora su herencia migrante", entona ahora Rozalén como reproche a la hostilidad de un continente con un pasado en tránsito.

La situación de las trabajadoras temporeras es reflejo de cómo Europa ha olvidado su historia. Cientos de mujeres empleadas en el campo andaluz llegan anualmente a España para la recogida de cultivos de temporada como la fresa bajo condiciones de semiesclavitud. Jornadas eternas, entornos laborales insalubres, sueldos misérrimos y numerosos casos de abuso sexual constituyen su día a día. Sin embargo, el peso del silencio sobre los plantíos del sur se aligera hoy con los primeros acordes de Mujer Frontera, un canto que acompaña la lucha de trabajadoras con ansias de "plantar un mundo/con miles de frutos/donde quepamos/todas o ninguno". Las voces de Clara Peya, Alba Flores y Ana Tijoux se suman a las de las Jornaleras de Huelva en Lucha, un colectivo de mujeres unidas por los derechos de las trabajadoras agrícolas, "hermanas, amigas y compañeras/atravesando la lejana frontera" que, actualmente, se encuentran inmersas en la denuncia de abusos laborales e injusticias en el campo andaluz.

Aunque el norte global parece no escuchar los acordes que denuncian estas injusticias hacia los migrantes, la música siempre ha acompañado la lucha de los oprimidos. "Respiro el aire que respiras/y bebo el agua que tú bebes/Si piso el mismo suelo que tú pisas/dime por qué tanto duele/la dulce y silenciosa forma en la que tú me miras", susurra la suave melodía de Tonina y Javier Limón, un golpe directo a quienes celebran el azar de haber nacido bajo un cielo en calma construyendo barreras. A finales de 1989 caía el Muro de Berlín y con él, una de las divisiones fronterizas más emblemáticas de la historia. Hoy, en un alarde de securitización antes nunca visto, más de 70 construcciones similares separan territorios y vidas, una realidad que contrasta con el optimista Nino Bravo de hace décadas: "piensa que la alambrada solo es/un trozo de metal/algo que nunca puede detener/sus ansias de volar". Pero el derecho a la libre circulación entre Estados se topa ahora con barreras artificiales que detienen el fluir de miles de vidas en tránsito: "ojalá fueras paloma/para donde quiera poder volar/no hay ningún muro tan alto/que a una paloma pueda frenar/pero aquí abajo en la tierra/existen muros para separar", lamenta rapeando Foyone.

En la frontera sur, España cuenta con un entramado de drones, alambradas con cuchillas, sistemas de reconocimiento facial y demás tecnologías biométricas orientadas a impedir la entrada de migrantes y que hacen resonar en el aire la voz de Nil Moliner preguntando: "¿por qué cerramos la puerta a los sueños/de esa gente que quiere volar?/Que vienen muriendo, escapando de la guerra/y nosotros viviendo sin más". La respuesta resulta evidente si observamos cómo tan solo entre 2014 y 2019, el Gobierno español invirtió más de 600 millones de euros en contratos para financiar la Industria del Control Migratorio, centrada exclusivamente en impedir las migraciones y obtener un beneficio de ello. Esta actitud fronteriza también ha sido denunciada a ritmo de reggae desde Costa de Marfil: "Ouvrez les frontières, ouvrez les frontières/Nous aussi on veut connaître la chance d'étudier/La chance de voir nos rêves se réaliser/Avoir un beau métier, pouvoir voyager/Connaître ce que vous appelez liberté" ["Abrid las fronteras, abrid las fronteras/también queremos conocer la posibilidad de estudiar/la oportunidad de ver nuestros sueños hechos realidad/tener un buen trabajo, poder viajar/conocer eso que vosotros llamáis libertad"] clama el cantante Tiken Jah Fakoly.

Lejos de frenar las migraciones, el incremento de la seguridad fronteriza obliga a utilizar rutas más peligrosas como la del mar Mediterráneo, "un mar que llenará la tierra" y que convierte a la costa africana en punto de partida de embarcaciones precarias que tratan de alcanzar España. "Miles de sombras/cada noche trae la marea/navegan cargaos de ilusiones/que en las orillas se quedan" canta Chambao, encendiendo la rabia en Tribade: "nos fuimos de aquí pa’ no sentir que íbamos a morir/pa’ vivir, pa’ jugar sin escuchar sus alarmas de matar". Un canto a la vida de quienes se la juegan en el mar: "muchos chavales murieron en pateras/muchas visas en mares y carreteras/Mucho pobre quiere irse fuera/a pesar de que él ama su bandera", rapea El Paisano desde Ceuta.

La historia de la humanidad es una historia de vidas en tránsito que, a lo largo del tiempo, han marchado al compás de la música. "Estoy cantando pa’ mi gente/esos que llaman emigrantes/son personas comunes, corrientes" reivindica Orishas desde Cuba, mientras a los pies de un continente fortificado Jorge da Rocha se pregunta: "Is this the place?/The place you told we would find peace/Some comfort and the smile we miss/Europe you said" ["¿Es este el lugar?/El lugar en el que me dijiste que encontraría paz/La comodidad y la sonrisa que perdimos/Europa, dijiste"]. De norte a sur, resuenan cantos por la comprensión, la justicia, la igualdad que, una vez más, refuerzan la voz de quienes se trata de silenciar. "Keep bangin’ on the wall/of Fortress Europe" ["Continúa golpeando el muro/de la Europa Fortaleza"].