Ana Rojas (@ana_rox_) / Fundación por Causa (@porCausaorg)
La Fundación por Causa presenta este miércoles un informe que arroja luz sobre los beneficios y procesos del acogimiento en familia en España
El acogimiento familiar es una medida de protección para aquellos niños, niñas y adolescentes que, por diversas razones, no pueden vivir con sus padres. En España, el acogimiento familiar prevalece por ley ante el residencial. Sin embargo, este último es el mayoritario: en 2020, el 99,04% de menores (11.380 en total) eran acogidos en centros, frente al 0,96% (110) en familias.
Para comprobar qué hay detrás de esas cifras la Fundación por Causa ha publicado el informe "Familias para la infancia migrante: Acogida familiar, retos, procesos y buenas prácticas", elaborado en colaboración con 5 familias de acogida y otros 11 protagonistas en el marco del proyecto europeo "FAB!: La acogida en familia para los niños que migran". Este informe recoge las dificultades para la acogida familiar en España, las ventajas que conlleva acoger tanto para familias como para los menores, analiza los procedimientos a seguir en cada Comunidad Autónoma e incluye una lista de buenas prácticas y organizaciones referentes en materia de acogida, como Barcelona Actúa, SOMOS Canarias, Punt de Referència, Red de acogida El Puerto de Santa María, Somos acogida y APDHA.
"Existe una tensión entre las leyes de protección a la infancia y la ley de extranjería de lo que se deriva muchos problemas. Entre ellos, el uso excesivo del recurso residencial, que son centros de menores, contradiciendo así a lo que apunta la normativa que vela por el interés superior del menor", explica Álvaro Puyo, autor del informe.
Para conocer las cifra exactas sobre acogida familiar de jóvenes migrantes, en el anterior informe de la Fundación por Causa, "La acogida de menores migrantes en España", se elaboró un registro a base de datos solicitados al Portal de Transparencia. En este registro apenas se contabilizaban 66 menores extranjeros en acogida familiar en 2020, frente a los 4.298 en centros residenciales ese mismo año.
Los datos de la investigación demuestran que uno de los obstáculos a la hora de facilitar este tipo de acogida es la propia situación jurídica en la que se encuentran los jóvenes por el hecho de ser extranjeros. Además de la gran institucionalización en los procedimientos y las derivadas trabas burocráticas, el estudio identifica como principal causa de esta problemática el hecho de que el marco legal para la migración apenas hace referencia a la infancia. Esto, junto a la multiplicidad de administraciones y agentes públicos implicados en la acogida, y los diferentes recursos que cada comunidad autónoma destina a la atención a la infancia, provoca una serie de malas prácticas en la acogida de la infancia migrante. Estas malas prácticas hacen que la acogida familiar apenas esté contemplada como una opción real, ni para las familias ni para los menores.
De acuerdo con la encuesta sobre acogimiento familiar realizada por la Fundación por Causa y el diario Público el pasado junio, en la que participaron 471 personas, el 52% consideraba que se ha de garantizar una acogida familiar antes que en residencias para menores que se encuentran solos en España. Además, el 55% de ellas concluyó que su propia familia estaría dispuesta a acogerles. En esto, el papel de las instituciones implicadas juega un papel fundamental: al menos el 58% de los encuestados concluyó que estas deben brindar asistencia psicológica, económica y jurídica, además de formación y mediación a las familias acogedoras.
Beneficios de la acogida en familia contados por familias
El informe parte de un enfoque cualitativo que abarca las esferas de la vida determinantes cuando eres un joven menor de edad; desde el ámbito formativo hasta la preparación para la salida al mercado laboral. "Tras el primer informe que elaboramos nos quedaron una serie de preguntas por resolver, la principal era ¿por qué no hay acogida familiar de menores migrantes? Las familias nos contaban que querían acoger pero que el proceso es muy complejo por eso hablar directamente con todos los actores involucrados nos ha permitido entender lo que realmente sucede en la práctica", explica Álvaro Puyo. Son las familias y jóvenes las que narran desde sus experiencias, lo vital que es el acompañamiento en esos años, vivir en un entorno amigable, humanizado y que les brinde un trato adecuado al interés superior del menor. Este es un principio fundamental que debe guiar todo procedimiento al que se enfrentan los menores, de acuerdo con la Convención de Derechos del Niño y consiste en valorar todos los elementos necesarios para tomar una decisión en nombre del niño o niña, en una determinada situación.
"Cuando ya estás con la familia, eso te anima y te olvidas un poco... Es como estar en tu familia. Igual", comenta en el estudio uno de los jóvenes acogido en familia. "Ha sido maravilloso, porque se desinstitucionaliza todo, con chavales que han estado muy institucionalizados y no les ha servido, porque cada uno somos un mundo y no todos aprendemos o nos desarrollamos de la misma manera", explica una madre de acogida en la Comunidad de Madrid. Los entrevistados están de acuerdo en que el acogimiento facilita todos los aspectos de la vida misma, ayudando en la búsqueda de oportunidades y la adquisición de nuevas habilidades durante un periodo vital que es clave.
En el ámbito educativo, la investigación concluye que es fundamental tener acceso a la información necesaria sobre recursos formativos disponibles en el entorno para despertar el interés de las personas acogidas. Respecto a la inserción laboral, según los jóvenes también es útil conocer de primera mano oportunidades, con el apoyo y acompañamiento que sólo el entorno familiar puede brindar. Además, contar con un entorno social de la misma edad, con inquietudes similares y aficiones compartidas, es otro elemento clave en el día a día de cualquier joven.
Establecer una red familiar y social cobra aún más importancia teniendo en cuenta la desprotección absoluta a la que se enfrentan estos jóvenes cuando llegan a la mayoría de edad. Cuando alcanzan los 18 años, aquellos acogidos en centros residenciales quedan fuera del sistema de protección y se ven obligados a abandonarlos, la mayoría de veces sin estar en posesión de documentación, empleo y, en el peor de los casos, sin una alternativa habitacional. "En el centro de Melilla no te dan ni una oportunidad de piso. Ni oportunidad de piso, ni nada. Terminas, cumples 18 y te vas. Así tal cual. Si tienes papeles pues muy bien, si no, pues hasta luego", explica un joven ex-tutelado acogido en familia.
El informe señala que para incentivar un cambio real y fomentar el acogimiento es necesario transformar la percepción social sobre la situación de la infancia migrante, con el fin de mejorar y humanizar los procedimientos. "La primera cosa que le da a la gente es miedo, ‘es que este no se qué, que es un extranjero, que lo voy a meter en mi casa y me va a hacer esto y lo otro’", explica otro joven ex-tutelado. "Tener conciencia de lo que pasa después de los 18 años, de normalizar el proceso migratorio de los menores extranjeros, nos ayudará y facilitará también el mensaje a las familias de acogida. Es muy, muy importante que la ciudadanía tenga conciencia de lo que está pasando", dicen desde Barcelona Actúa.
En este sentido, las organizaciones de infancia y acogida que trabajan diariamente en estas cuestiones ofrecen en el informe una guía de buenas prácticas que incluye "estrategias y dinámicas que están generando resultados positivos de acogida en familia de infancia migrante, visibilizando y promoviendo este tipo de acogida, alejándose de los estigmas y los prejuicios existentes en nuestra sociedad". Es así que la experiencia compartida por entidades,familias y menores migrantes se plasma de forma cuidadosa completando un análisis que propone repensar el funcionamiento actual del sistema de acogida y movilizar a la sociedad en pro de una convivencia más inclusiva y humanizada para todos los menores que migran solos.
Comentarios
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